Me he entrevistado con uno de mis colegas recién promocionados; de la misma asignatura. Es interesante comprobar cómo la percepción del mundo que les rodea se ha transformado casi por completo. ¡Pero es normal!... Lo que quiero decir es que ya han perdido de vista, casi del todo -a los pocos meses de este delirio-, lo que han dejado atrás. Puede que la huella que han dejado en ellos estos años no sea tan profunda como la de otros: más que una huella, una sima, una gigantesca llaga supurante (Desde luego, ése es mi caso).
Un tipo honesto. Una buena persona. Lo que no impide que pueda convertirse, algún día, en uno de los que tenga en sus manos mi futuro; casi mi vida. Eso, en realidad, lo sabemos ambos.
Nuestra conversación fue bastante larga; relajada y sincera. Mi historia le causó perplejidad, por decir algo neutro. Incluso nos permitimos bromear sobre ello y sugerir tres teorías:
- La primera es que durante mi examen estuve hablando sobre el Mundial de fútbol; o puede que mentase a la madre de alguno de los presentes... Ésta última "teoría" es sólo mía (recordad: 1,8 de nota).
- La segunda, que me aqueja algún tipo de profundo trastorno bipolar o que soy esquizofrénico (¿tal vez quiso decir holigofrénico?...). Permitidme descartarlo.
- La tercera, que me acosa un puñado de terribles enemigos poderosísimos... Él no me conoce; nada sabe de mi vida ni de mis problemas con alguno de mis colegas... Pero prefiero ignorar esta última opción (al menos, hasta carecer de alguna prueba; por mínima que ésta sea).
Le honra haberme confesado, además, que mi caso le provocaba cierta desazón; un cierto sentimiento de culpabilidad. Supongo que, entre otras cuestiones, no le "encajaban" ni los hechos ni los números con la clase de persona que estaba conociendo. ¡No podría estar más de acuerdo con él!... Pero no es el primer desconocido que me dice algo semejante. Lástima que este tipo de percepciones nunca sean captadas por quienes están en posición de decidir, realmente. Sí, una lástima...
Nunca se sabe, pero confío en que sea éste el inicio de una fructífera y sincera amistad. Le agradezco desde aquí su apoyo. Y hablando de apoyos... No os perdáis mi siguiente entrada (o alguna de las subsiguientes).
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