ACCESO (O "ABSCESO")

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Podría tomarme la molestia de hacer un análisis exhaustivo del último bodrio (o "proyecto legislativo", que nos amenaza con abrumar la vida) lanzado a este mercado persa de las maravillas llamado "Estado Español" (¡lástima no tener un "brazo armado" para negociar en mejores condiciones, se siente uno tentado de pensar!). Me pregunto, por cierto, qué otras prebendas alcanzarán los de siempre, cuando ya tienen la principal, que es (a saber): la de ser lo uno y lo otro, siendo lo otro excluyente de lo uno; pero sólo para los "unos", que somos los demás (nosotros). Parece un trabalenguas, pero creo que no hace falta traducción: nosotros no exigimos -ni necesitamos- el concurso de "intérprete simultáneo" alguno: bien se nos entiende, lo cual les viene de miedo a los "otros"... ¿Descabellada la idea de varios modelos de oposiciones en este Estado de las Autonomías?. ¡Qué más da!: en la práctica, y de alguna forma, ya se aplica.
    No me quiero desviar demasiado: es la ruina de los proyectos; el "premio" de nuestras pasividades, del buen talante y la cortesía de la razón: un "nuevo acceso" a la función pública para los maestros y profesores de secundaria... ¡UN "MIR", OH CIELOS, TAN IMPRESIONANTE CASI COMO LA NAVE RUSA!... ¿Exagero de forma "cósmica"? (o debiera decir, simplemente, cómica); pues no tanto: ¡ponerlo más caro aun! (ya que, en breve, cualquier plaza de funcionario será tan escasa como las que convoca la NASA; y NASA y escasa riman, ¡qué bien!). ¿O es que los docentes deberán acreditar, aparte de un tesón y resistencia digna de mejores causas (ya puestos, prefiero ser del cuerpo "GEO", mucho mejor pagados; y más divertido), una afinidad ABSOLUTA al "régimen" de turno?... ¿Serán los que vengan capaces (como nunca demostraron serlo, por cierto) de revocar -primero- y de transformar -después- la genial desmesura que agarra el rábano por las hojas, en lugar de contemplar el gran problema de una forma diversa, compleja, matizada, inteligente y justa?... ¿Estaremos condenados en este país (o lo que quede de él) a este fingimiento revestido de "ley", que siempre termina por devastar a las personas, sus vidas, su potencial... con atrocidades desproporcionadas?... ¡las cuales se quiere describir, por demás, como "sofisticadas" y razonables!... ¿¡Pero en manos de qué clase de dementes estamos!?... 
    Puede que un día, no obstante, me tome la molestia de hacer ese análisis exhaustivo; de momento, me quedo con el "espíritu" de la idea, del "proyecto": consiste, entre otras cosas, en acabar con cualquier tipo de esperanza para todo "fracasado" (muchos forzados a "acomodarnos" en el fracaso), como si atravesásemos la cancela de ciertos "establecimientos" de infausto recuerdo, cual corderos llevados a... la cámara de gas... Y es que, si no tuviste el "talento" suficiente para escapar a la quema, ¡merecido lo tienes, mediocre!... ¿Se trata de renovar el "parque" de aspirantes? (¿¡mejor preparados!?). Esto tiene TODA la pinta de una "apertura de listas": en toda regla, como yo ya predije en su día. En la práctica, lo será.
    ¡Y luego tendremos que aguantar la altísima dignidad de sus silencios, la de sus indiferencias, la pena falsa, la falsa solidaridad!... En definitiva: ¡gracias por arruinarme la vida, gracias!... 

Ya sé que eso de momento no va a ocurrir: me concedéis un plazo; tal vez una última oportunidad, ¿no es así?. Pero, decidme: ¿qué es lo que deberé estar dispuesto a demostrar esta vez?; ¿mi "capacidad" o mi "adhesión" a algo?... ¿Deberé pedir disculpas por todo lo dicho y hasta por lo insinuado? ¿Seréis tan generosos como para ofrecerme vuestro experto asesoramiento, vuestro apoyo, vuestra sabiduría, vuestra "estrategia" (de contrastada eficacia), vuestros apuntes y el temario?; ¿vuestra "puesta en escena", vuestra "coreografía", vuestro "talante ganador"?... 
    ¡De veras que agradecería que alguien me mostrase "LA LUZ"! (antes de que termine por ver ésa que dicen que es la última). Y es que creo que me lo merecería tanto como el que más; y además tengo una hija, que me necesita (no cuenta casi con nadie, aparte de mí)... No, no me estoy humillando: sabéis que eso no va conmigo. Sólo estoy decepcionado, perplejo, agotado... y espero que no, también, al borde de la ruina personal. Pero escuchad: gran parte de esa responsabilidad os toca a todos vosotros, queridos colegas. Mirad hacia atrás de vez en cuando, ¿seréis capaces?: hubo un día en que vosotros estabais allí, conmigo, ¿no os acordáis?... Y si de verdad creéis tener las claves con las que se demuestra y constata mi ABSOLUTA INCOMPETENCIA (después de diez años de ejercicio, habiendo pasado por dos tipos de Departamento, por TODOS los cursos del mío y por casi todas las asignaturas y Programas posibles) os ruego que tengáis el coraje, los "güevos" y el talento suficiente para argumentar que aconsejáis mi retirada definitiva de tan noble profesión. A ver si esa valentía, solidaridad, empatía con el débil, y todas las nobilísimas virtudes -tan recurrentemente invocadas en Leyes Orgánicas, Normas y Circulares; y por vosotros mismos, tanto en vuestras Programaciones como de viva voz, en Claustros y demás Comisiones- las aplicáis a uno de vuestros colegas (quien os acompañó un día en el trabajo; y hasta lo llamasteis "amigo", alguno de vosotros). 
    Que atrocidades como ese 1,8 del pasado 7 de julio (pronto será el aniversario de aquella bestialidad) con el que se me aplastó y denigró, se destierren de la "praxis" y de la "lógica" entre profesionales de la enseñanza, quienes pretenden ganarse la vida educando, aplicando el buen juicio y, en cierto modo, la propia esencia de Justicia.

El campesino llamado Pajom (L. Tolstoi)

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Os transcribo un párrafo que podéis leer en el libro "Stalingrado", de Antony Beevor. La fuente de dicho texto es relativamente irrelevante, pero es ahí donde lo he encontrado, y no me gustaría dármelas de "asiduo lector del gran ruso" (lamentablemente, no tengo tanto tiempo libre). A propósito de "Stalingrado": creo que la lectura de libros como éste debería ser obligatoria en los últimos años de la E.S.O.; o a lo largo del Bachillerato, al menos. Y es que me parece que habría que contrarrestar esa doctrina tan ramplona, tramposa y bobalicona que trata de ocultar a la sociedad actual (sobremanera, a los más jóvenes) el horror del que es capaz la especie humana. Y es que, desgraciadamente, el "progreso" indefinido es una quimera; y la ocultación del MAL (más bien, su disimulo) no mitiga su amenaza ni, mucho menos, lo elimina del todo.

Si uno considera las ambiciones de Hitler, casi siempre compulsivamente demasiado optimistas en esta etapa, es claro que nunca leyó, o nunca asimiló, el cuento de León Tolstoi «¿Cuánta tierra necesita el hombre?» escrito en 1886. Allí se cuenta que un campesino rico llamado Pajom oye hablar de la tierra fértil en el país de los bashkires más allá del Volga. Son un pueblo sencillo y él podrá conseguir toda la tierra que quiera sin mucha dificultad. Cuando Pajom llega al país de los bashkires, le dicen que por mil rublos podría tener todo el terreno que recorra en una jor­nada, con la condición de volver al punto de partida el mismo día. Pajom, que los desprecia por su sencillez, está exultante. Está seguro de que puede abar­car una gran distancia. No obstante, apenas comienza divisa un valle bonito y luego otro, un estanque allá, una parcela de tierra que sería buena para lino más lejos, y los decide incluir. Entonces se da cuenta de que el sol comienza a ponerse. Al percatarse de que se arriesga a perderlo todo, corre lo más rápi­do que puede para volver a tiempo. «¡Ay! ¡He sido demasiado ambicioso! —se dice a sí mismo—. Lo he echado a perder todo; no podré llegar antes de que se ponga el sol.» El esfuerzo lo mata. Muere en el punto de partida y allí es enterrado. «El obrero cavó una fosa de tres arshines (seis pies), aproxima­damente la longitud del cadáver y enterró a su amo», es la conclusión de Tols­toi.* A menos de sesenta años la diferencia con la historia era que no se tra­taba de enterrar a un solo hombre en la estepa, sino a cientos de miles de sustitutos. 

* Citas de L. Tolstoi tomadas de Obras completas, 4 vols., vol. 2.°, versión castellana de Irene y Laura Andresco, Aguilar, Madrid, 1975.

Al leer esto no pude evitar identificar el drama de Pajom con el del mundo moderno; sobre todo, el que nuestro país vive ahora mismo. En Europa lo padecemos unos más que otros, desde luego, pero es evidente que a España (a la mayoría de este Estado, al menos) las cosas no le pintan bien... 
    Eso es todo: una simple fábula sobre la ambición y la codicia; sobre lo necesario y lo superfluo; sobre la irresponsabilidad y frecuente ceguera, en suma, del Ser Humano.

Germany

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Hubo unas Navidades (¡ah, esas entrañables fiestas!) en las que éste servidor de ustedes tuvo una intrascendente y breve conversación con su tío político alemán. Bueno, él es casi más español que alemán, pues se crió en Valencia, y ha transcurrido buena parte de su vida en Madrid. Sea como sea, lo más probable es que esas Navidades terminasen como muchas en mi familia: con éste que les escribe "solo ante el peligro", acosado por el resto de parientes, debido a mis opiniones "nada constructivas" (en realidad, lo de la construcción propiamente dicha lo llevaba otro de mis allegados políticos más directos -por entonces un señor acaudalado-, para el que un servidor, de vez en cuando, trabajaba); despiadado acoso éste debido, pues, a mis tesis un tanto alarmistas, incómodas y de tono poco festivo, que en nada favorecía el sonriente y próspero espíritu navideño de familia tan boyante. Una pena, la verdad, ¡un tío tan sieso, tan aguafiestas!... ¡Ése soy yo!.
    Sí, lo sé: estaba con lo de mi tío alemán... La cosa es que él opinaba por entonces que España era "la hostia" -con perdón- y que ya se codeaba, de hecho, con la propia Alemania, ¡ahí es nada!... Por supuesto, yo tuve mucho que objetar a tan entusiasta afirmación, y le invité a respaldar la misma con datos. Lo cierto es que se limitó a exponer un panorama que resaltaba (os lo estaréis temiendo) lo más superficial y anecdótico del "milagro español"... Lo realmente llamativo de esta visión eufórica es que la expresase un alemán.
    Por supuesto, mi tío político alemán hoy en día está casi en la ruina (otro de esos negocios dependientes de la construcción), y no creo que opine -en concreto, sobre su país adoptivo- lo mismo que en aquellos prósperos y felices años de mis Navidades más pobres, precarias, típicamente agoreras y derrotistas.  
    Ya he escuchado de alguno de esos parientes, a estas alturas, ciertas quejas: desencantadas y virando hacia lo "hippy", rozando lo "revolucionario" (es sorprendente la facilidad con que las clases acomodadas tienden a lo "alternativo" en cuanto se sienten incómodas -¡incomodadas!- o fracasadas en la "normalidad": es otro de los lujos que ellos SÍ se pueden permitir); pero aun no he escuchado de ninguno de ellos algo parecido a una "disculpa"; nada parecido a un simple "acercamiento de posturas", o un análisis que recuerde -o que simplemente mencione- lo que yo solía decirles, años atrás, sobre su "espejismo", que tan caro nos salió -y va a seguir saliéndonos- a todos (¡al menos ellos algo lo disfrutaron, con sus cochazos, los yates y los viajes a La Patagonia, a Estados Unidos o a Birmania!).
    Veamos... ¿Por qué cuento todo esto?... Supongo que me siento agredido, molesto, ya que se nos ha inoculado un estado de MALA CONCIENCIA PERMANENTE, sin duda: nos ocultamos, nos avergonzamos, nos preguntamos qué hemos hecho mal; y creemos tener, encima, muy claras todas las respuestas (al fin y al cabo, siempre las tuvimos próximas, acosándonos, tan nítidas como el propio presente). Es lo que suele ocurrir cuando se huye hacia adelante... ¡hasta chocar con el Gran Muro!, ése que siempre vimos, después de todo. Se me concederá, no obstante, que algunos, más "clarividentes", nos negamos a ignorarlo. En consecuencia...


Planteo ahora una pregunta algo digresiva: ¿qué nos debería torturar a los "difidentes/disidentes crónicos", a los que en todo este tiempo hemos estado estudiando, gastando lo justo (o lo poco que teníamos, para ir tirando), renunciando, privándonos, cediendo, advirtiendo, sobreviviendo...? ¿Es la nuestra el mismo tipo de "culpa" que la suya?: en cierto modo, supongo que sí. Lo que cambia (y mucho) es el grado, la intensidad... Lo que me lleva a pensar, de nuevo, en la importancia GRANDÍSIMA que tienen los MATICES, así como la gestión de los recursos basada en la adecuada consideración de dichos distingos; en la obsesión del Estado Social Moderno (muy al contrario) por el "igualitarismo", que tan tremendas injusticias ha provocado... 
    ¿Un ejemplo?: en aquellos años de "vacas gordas" mis parientes más allegadas, y con ingresos (por entonces) envidiables, recibían de este "estado social igualitario" 2.500€ por cada uno de sus hijos, y no sé cuánto más "para pañales"... Yo sólo he criado a una, pero no recibí del estado ni una peseta de ayuda; NA-DA... ¡Y cuando mi hija tenía un año, ni un sólo miembro de la pareja trabajaba en mi casa!. (NOTA: De lo que pasaba "por debajo", casi se podría decir -por defecto- otro tanto; pero eso parece más "feo" mencionarlo). Os diré, además, que nuestra pequeña historia familiar sólo pudo terminar bien gracias al 8,6 que éste que les escribe obtuvo en su primer examen de oposición en Cantabria, mi bendito terruño; año 2002 (y gracias, también, a que las listas se "abrieron" dicho año, todo hay que decirlo). 
    Dadas las circunstancias, mi familia y yo vivimos hoy gracias a esa calificación; desde entonces, ni un sólo "privilegio" más: ni un "premio", ni un apoyo, ni un "empujón" (no hacia arriba, al menos), ni una "subvención" (apenas), ni una "dignidad", ni un "reconocimiento"... ¡al contrario!... En los últimos meses me han bajado el sueldo, me han humillado, pública, oficial y notoriamente -con una nota indigna, delirante, escandalosa- mis propios colegas (que, en su gran mayoría, han callado y, por lo tanto, otorgado). 
    Parte de mi familia, por otra parte (ahora no tan optimista), me reprocha que sea tan "intolerante" con la situación socio-económica que atravesamos (y con tantos como se nos han sumado al "carro" desde que cacareamos a los cuatro vientos lo ricos que éramos); y me recuerdan, de paso, sutilmente, que ahora me necesitan... 
    Sé lo que opinan muchos de mis amigos, la mayoría de la gente que de verdad me aprecia: que mi "impudicia" me perjudica; que muestro demasiado al mundo de mí mismo. Pero yo me pregunto: ¿en qué me beneficia (o en qué me ha podido beneficiar, hasta hoy) la "prudencia", la honestidad, el silencio, el anonimato, el esfuerzo, el trabajo a oscuras (o a puerta cerrada), la indiferencia, el "conformismo", la "procrastinación", las horas frente al ordenador (que, por cierto, me he pagado yo; aunque lo adquiriese, en gran medida, para poder trabajar con él); en qué me ha podido beneficiar la ocultación, en definitiva, de la clase de condena que se me ha impuesto...? ¿Se premia la humildad, hacer la vista gorda a la arbitrariedad y la mediocridad?; ¿ignorar el azote brutal, el erial en que se vive tras más de una década de lucha estéril?... Recordad a ese Saturno de Goya...
    ¡Alemania!... Aun nos queda mucho. Tanto, que, si algún día llegamos a eso, no lo verá ninguno de nosotros. ¿Es perfecta Alemania, una especie de mito envidiable?... ¡¿Lo es?!... ¿Existe algún país, alguna sociedad perfecta?... POR SUPUESTO QUE NO. Y no creo que sea necesario recordar ciertas "facetas" de la historia centro-europea; ni sus consecuencias... Pero creo que ya entendemos de qué estamos hablando, ¿no es así, mis inteligentes lectores?. Sabemos de buenos términos medios: de países encantadores, eficientes, ricos, cultos, serios, coherentes, exigentes consigo mismos, cohesionados... y orgullosos de serlo. Ninguno de ellos se llama España.

Ayer vi en la calle, por cierto, a un país que se buscaba a sí mismo (aun en una suerte de falsa "unidad"), que quería entender, pero no lo hacía; ni sabía hacia donde mirar, ni qué reclamar, ni si había una solución... Pero, al menos, se hacía preguntas, ¡por fin!... Aunque puede que un poco tarde.
    Ayer fue un día hermoso, por cierto... en mi ciudad lo fue. Supongo que, después de todo, eso es lo que importa; y vivir para contarlo.
 

La CRISIS que viene

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He estado leyendo "La crisis que viene", un libro interesante, que me resisto a llamar "panfleto", aunque muestre con claridad el substrato ideológico que lo inspira; nada novedoso, por cierto. Basa sus tesis en cuestiones bastante obvias, y sobre cuya naturaleza (que se toma la molestia en describir) difícilmente podrá nadie poner en duda ciertas evidencias. 
    La primera de ellas, desde luego, es que EXISTE UNA CRISIS profunda en el Mundo Occidental, la cual se hace extensiva (de una u otra forma) al resto del globo. Otra podría ser que el llamado "mundo de los mercados" está influyendo en las políticas con que los gobiernos del "Primer Mundo" afrontan tal crisis. Otra de las premisas confirmables es que los ciudadanos cada vez se sienten menos seguros, que han perdido en calidad de vida y han visto mermar su poder adquisitivo y, quizá, como consecuencia de todo esto, han terminado por desconfiar de sus gobernantes (si no por repudiarlos, radicalmente), a pesar de haber sido elegidos tales representantes por los mismos ciudadanos; dicho sea esto con todas las reservas que se quiera... Una última evidencia es que el propio planeta Tierra está sufriendo una transformación peligrosa y muy acelerada, que es producto (esto es cada vez más evidente) del abuso que la especie humana hace de los recursos naturales, en casi cualquier tipo de medio y ecosistema.
    Tal vez lo más discutible es el diagnóstico que el "panfleto" hace de todos estos problemas, que parecen desbocados y fuera de todo control. Y es, asimismo, discutible (y preocupante, por su indefinición un tanto "populista") la estrategia que se propone, a modo de "contrapeso" o de "contracrisis". Desde luego, su lenguaje es impecable, y la jerga política y sociológica utilizada, por momentos llega a cohibirnos (lo cual está siempre muy cerca de convencernos). Supongo que su fin último consiste en conseguir que la "clase trabajadora" (o, para el caso, en paro indefinido) tome conciencia de los hechos -y de las posibilidades que se abren ante su futuro- para que la mayoría de la población mundial reaccione de forma justa y "revolucionariamente constructiva"... No suena tan mal, ¿no es cierto?.
    Vienen a decirnos que las "oligarquías" llevan a cabo la vieja táctica (después de todo, de eso se trata) del "divide y vencerás": consiste en dispersar el descontento entre los pobres ("en horizontal", por así decirlo), para lo cual es indispensable que cada día haya más pobres, cada vez más menesterosos, más descontentos, más precarios, más diversos... Es como si nos hubiesen metido a todos en una enorme coctelera y nos agitasen sin piedad: nosotros, mientras, nos dedicamos a culpar de los golpes a nuestros iguales (o no tan semejantes), quienes nos muelen y magullan, con sus pies y sus codazos... ¡Pero nos olvidamos del "barman", de esas manos que mecen, no la cuna (en este caso), sino el propio mundo!.
    Sin embargo, no puedo evitar hacerme una simple pregunta: ¿con qué objeto desean las "cuatro familias" que dominan el mundo empobrecer a la inmensa mayoría?... ¿No es demasiado ilógico pensar en que una minoría, cuya prosperidad, evidentemente, le desborda, se va a empeñar en crear un entorno peligroso, insostenible, caótico y -lo que es "peor"- SIN CONSUMIDORES?... No olvidemos que la democracia, los servicios sociales y los "privilegios" adquiridos de los trabajadores (es decir: de la plebe, del pueblo llano) no se crearon SÓLO para éstos, sino con la finalidad egoísta de preservar un estado de estabilidad social, que, al cabo, es el mejor entorno para acumular conocimiento, para producir, competir y, en definitiva, para VENDER y prosperar. 
    Lo malo de este sistema (se llama CAPITALISMO, no nos engañemos) es que la venta y, por lo tanto, la competencia, implican, por necesidad, desequilibrios entre los que producen más y mejor (también más barato) y los que apenas compran lo que otros hacen... Ese juego lo hemos sabido jugar muy bien los españoles en estos últimos años, comprando lo de los otros con el dinero que esos mismos nos estaban prestando: demencial. El resultado ya lo conocemos; y lo sufriremos, me temo, por décadas.
    Por lo tanto, pongo en duda la validez de la tesis que sostiene que los poderes que mueven el mundo se han puesto de acuerdo para saquear a las clases medias y bajas de las sociedades (hasta hoy) más prósperas; y lo pongo en duda por la sencilla razón de que ese "escenario" a ellos no les beneficia en nada; o no tanto, al menos, como algunos revolucionarios ingenuos creen... Otra cosa es que algún "iluminado" proponga que los "mercados" y los "todopoderosos" más despiadados planeen una guerra gigantesca con intenciones "terapéuticas", y pensando en los buenos negocios que se reactivarían, inevitablemente, tras la tragedia... Pero no olvidemos que esta descomunal tragedia podría ser la última de todas; para todos...
    En realidad, ¿qué está pasando?: un simple "trasvase". Los empresarios no van a dejar de tener "clientes" (¡no les interesa un mundo sin clientes!). Por lo tanto, la idea de que su riqueza inmensa (aun más inmensa) se basaría en la pobreza inmensa de todos nosotros, es más bien absurda. Así pues, la verdadera naturaleza de los acontecimientos contemporáneos, sobre todo en Europa y en Norteamérica, es la de "la vuelta de la tortilla", por ser muy gráficos (y puede que algo hoscos) en la descripción del problema: a nosotros nos va a tocar estar abajo, en la parte más incómoda y caliente del guiso. Lo más probable es que acabemos achicharrados. Tan simple como esto... Pero, ¿estamos haciendo algo por evitarlo?... Todo lo contrario. 


(TO BE CONTINUED)

   

HASTÍO (Poesía retaguardista)

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ESTOY... (Página 26, número 7, "marcado" con el nº de ID -aidí- 68I05etc... Profesor acreditado con la "I" de Inglés, no de Interino. Aunque, ¡para el caso!... Ambas "íes" parecen definitivas)



Estoy, hastío...
Hestoy astiado, todo hostiodo
Hasta el asta, estiado hastoy
Hastalós en estéreo, hosti, ostiado esthoy
Heste y ohest-iado, ash-tío
¡Eh!, !ehstoi!

Ástio, éstio, hostío... hostigo, osdigo
Ohstío, pío, pío, estoyhastaelhastío, pío
Enhestéreo hetéreo, asthoi hestancado
Ado, hado, agostado, hagotado...

Hostiastaelastío, mío
En esteh(REO) y en ohesteh(CONDENADO)...
¡¡Ashhta!!
(FIN-HALIZADO, FIN-ANO-LIZADO)...

De una carta... (Libertad con ira)

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A esto yo lo llamo "sentirse vivo":

    "El caso es que creo que es MI DEBER (también éste, además de ser feliz y de sentirme por encima de la mediocridad imperante) mirar a la cara de los que influyen (sí, lo hacen: decisivamente) en nuestras vidas, y recordarles su RESPONSABILIDAD; su parte, al menos, que en muchos casos es importantísima. No me gustaría que se fuesen "de rositas", mientras nos pisan y nos hunden. Esta postura puede que sea "emocionalmente inútil", imprudente o hasta propia de imbéciles; pero, en realidad, lo que no me gustaría que ocurriese nunca es que me tomasen por un ídem (un inútil y un imbécil) por haber callado y agachado las orejas; y por decir en silencio "amén" ante su insulto y su desprecio, ¡eso no!. Y tanto vale esto para mis propios colegas, como para los políticos soplagaitas que -con una "cierta asiduidad"- nos gobiernan."

Parece que esto ya no va de lo que debería ir... ¿Es así?... En realidad, todo va de lo mismo: de sentirse (o no) parte de algo; de ser (o no) aceptado; de percibir del entorno (o no) que se aprecia y se premia (cuando apenas parece... ¿tolerarse?) el esfuerzo y la honestidad del trabajo bien hecho... Esto va, por lo tanto, de lo mucho que enriquece a las personas (y éstas, recíprocamente, a la sociedad que los acepta, aprecia y premia) una vida saludable, sensata y lógica, en la que el conocimiento y el esfuerzo se aplican, prosperan, se reconocen y se transmiten a otros -quienes un día deberían hacer lo mismo... pero aun mejor.

    Este blog no sólo va de la historia insignificante de un individuo resentido y condenado al fracaso: es una muestra (pequeña o grande, no lo sé) de la "intra-historia" de una comunidad; de todo un pueblo, que no ha aprendido a aceptarse ni a valorarse con verdadera auto-estima ni fe en sí mismo; de todo un pueblo, que no ha sido capaz de apostarlo TODO Y SIN RESERVAS por su propia gente; de un país dividido (en más de un sentido), corto de miras, egoísta y mezquino, tantas veces... 

No sé si se puede decir más alto, pero no mucho más claro... ¿Indignados?: ¡por supuesto!...


P.D.: Muy curioso que salga precisamente hoy, muy interesante, muy significativo.

 

FÁBULA INDIGNADA

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Mi patrón y yo lo acordamos: me avendría a moderar mis "exigencias" salariales (creo que a él no le hubiese costado, en todo caso, reconocer mi esfuerzo, mi valía y otras dos importantes e intangibles virtudes: la FIABILIDAD y la LEALTAD, ambas basadas en sentimientos y pactos tácitos y recíprocos) a cambio de ciertas garantías de estabilidad y de... una "hucha". Sí, de una especie de "hucha", en la que él iría reservando parte de los beneficios de la empresa -a mi favor-, en previsión de los gastos que un padre de familia, como yo, debería afrontar, más tarde o más temprano. Y es que luego llegarían, tal vez, las enfermedades profesionales u otros imprevistos, además de los muy previsibles "gastos corrientes"... Este "pacto entre caballeros" parecía aconsejable, razonable, honorable... Puede que con mis ganancias no pudiera aspirar nunca a poseer un gran coche, o a viajar a países exóticos con mi familia, o a hacer inversiones en fondos o negocios... Tampoco a contratar seguros médicos o a disfrutar de ningún lujo excesivo; pero mi vida sería digna, y podía confiar en que, llegado el momento, las provisiones hechas a lo largo de varios años me ayudarían a sufragar dispendios necesarios y cuantiosos. En cierto modo, fue como poner en las manos de mi patrón parte de mi porvenir, así como gran parte del de los míos.

    Pero hete aquí que, a punto de precisar, mi familia y yo, del recurso de parte de los fondos de la "hucha" (pues se avecinaban considerables gastos en salud y educación para mis hijos), el "contrato social" se ve "distorsionado" (roto, fulminado, de hecho) como consecuencia de la irrupción de un elemento inesperado y -lo diré con franqueza- advenedizo: un pariente remoto del patrón, llegado de lejos, sin capital, sin medio alguno de vida ni formación específica, se instala entre nosotros. Al principio, sus aportaciones (enseguida cuenta con la dignidad de un trabajo, modestamente remunerado) resultan más voluntariosas que eficientes, pero, poco a poco, a pesar de no demostrar grandes capacidades en la empresa, parece hacerse imprescindible. O así lo percibe la Dirección, que se siente satisfecha con el rendimiento de un trabajador inexperto que (y éste será el verdadero factor clave) exige poco y cobra menos.   

    Esta relativa "vulnerabilidad" lo convierte -según decisión tomada unilateralmente por el patrono, y sin previa consulta al directamente afectado- en acreedor de parte de las ayudas acumuladas (en teoría) a mi nombre, y gracias a largos periodos de renuncias y pérdidas de poder adquisitivo. Para poner las cosas aun peor, el trabajador "sobrevenido" acaba por traer a su familia a vivir entre nosotros (cuenta toda ella, y desde el primer día, con todos los servicios, derechos y -las duramente ganadas y pagadas- "prebendas" de un antiguo trabajador). Aparentemente, en dichos años la empresa no fue capaz de consagrar parte de su esfuerzo (en franca deslealtad al trabajador) a robustecer una garantía o "blindaje", pasara lo que pasase, del fondo de previsión pactado. De hecho, no lo suficiente por reservar, REALMENTE, parte de sus ganancias en hacerse cada día más competitivo, más FUERTE...

    Lo más patético de esta historia es que, además de la quiebra del "pacto social", de mi indefensión y forzada renuncia, la patronal y El Poder todo se toman la libertad de INVOCAR, CON GRANDES ASPAVIENTOS, los conceptos más sagrados: solidaridad, justicia, razón de "Estado"... procurando, encima, ¡que me sienta culpable a la mínima protesta!... Permítanme un inciso: creo adivinar detrás de todo esto -la verdad- una arrogancia y soberbia propias de "nuevos ricos", siempre más papistas éstos que el propio Papa (amen de incompetentes y despilfarradores).

    La realidad es que ahora soy más pobre: que el fruto de mis renuncias (hechas por mí mismo y por mis vástagos... ¿¡Habré de pedir disculpas por ello!?) lo disfrutan otros, quienes nada aportaron a la famosa "hucha", ahora ya casi vacía; que los bancos (a los que necesito cada vez más, pero que cada día me dan menos) me escatiman su crédito, el cual me veo obligado a solicitar, pues se me niega lo que me correspondería, en justicia: por mi cuota de confiado esfuerzo, y porque nada he podido ahorrar en una economía de casi mera subsistencia.

    Insisto en que, para mayor absurdo y afrenta, se me acosa (desde arriba y desde abajo) con alusiones a mi "ración de responsabilidad", a mi sentido de solidaridad social... ¡Lo cierto es que yo he cumplido mi parte del trato!... No he podido hacerlo de otro modo, es evidente; pero HE CUMPLIDO. ¿Y ellos?... Ahora, después de todo, de todos estos años, me amenazan con... ¡prescindir de mí, a mi edad!...

    Indignación, sí: por el descaro de los que ahora nos hablan de apretarnos los cinturones, y de renuncias "solidarias", y de "responsabilidad" (¿qué fue de la suya?), y de que "así es como están las cosas"... ¿Y quién se atreverá a echarme en cara ahora mi "discurso políticamente incorrecto", mi "falta de solidaridad", mi "indecente racismo", o cosas aun peores...? 

Dos años después: El autor de este "libelo" se pregunta, bajo el puente en el que ha encontrado un refugio (¿provisional?), por qué ciertas "huchas" se han vaciado con tanta facilidad (la suya, desde luego), mientras otras, unas pocas, parece que ya no dan abasto...

Interesante "fábula"... Pero es tan real como la vida misma, ¿verdad?... A punto de cumplir los cuarenta y seis (el próximo 2 de agosto), la lucha continúa... Se lo dedico a todos los que están aun peor que yo (muchísimos, cada vez más).

 

RESUMIENDO (Me apetece poner esto en mi blog)

Y nos la siguen "metiendo": de MUY diversas maneras... (Cambiad la palabra camarero por la de profesor, electricista, administrativo, carnicero, médico, tramoyista... y seguirá siendo una GRAN VERDAD).

A continuación os hago una selección de "enlaces" (muy recientes) con varias pruebas del delito:

Sobre nosotros (leed la parte de Murcia).
Sobre algunos de nosotros (esto sí que es indignante; fijaos en las estadísticas correspondientes a las "tierras oprimidas por el Estado Centralista", al final del artículo: muy "significativo"... Y que conste que no va por La Rioja). 
Sobre "ellos".  
Sobre "ellos" también (o parecidos). 
Sobre esos. 

ÚLTIMAS NOTICIAS (XIV)

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010.  
E-mail: balzuel@gmail.com

Me cuesta alegrarme por ciertas cosas. Pero a algunos les costará casi lo mismo creer que yo no me alegro por ciertas cosas. Lo cierto es que "las cosas" son las que son, y me limitaré a exponerlas (tal vez, de momento): una de las aspirantes aprobadas -creo que bastante brillantemente- en las últimas oposiciones en Cantabria, y por la materia que nos ocupa (Educación Plástica y Visual), va a ser "bloqueada" por Inspección; al menos este año... No me cabe la menor duda de que ella terminará siendo "aceptada" en el Sagrado Seno; pero, mientras tanto, sus "prácticas" se prolongan un curso más. 
    Las conclusiones o "moralejas" de todo esto son tan obvias, que les voy a ahorrar a tan inteligentes lectores mis torpes y "tendenciosas" diatribas. Al fin y al cabo, las palabras de un incompetente (es oficial) poco importan. Y lo dicho: la "suerte" para el que... ¿se la merezca?

22-M (Post-entrada XIII... Por cierto: ¡¿Trece?!...)

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010.  
E-mail: balzuel@gmail.com

Sí, lo sé. ¿Previsible?: supongo que sí. Pero a mí no se me ha invitado a ninguna "fiesta" (lógicamente). Bromas aparte: respecto a lo que le puede afectar todo esto a un pobre profesor interino, la verdad es que, a partir de ahora, más bien deberíamos (los "precarios") prepararnos para lo malo; o para lo peor...
    Mas, por puro egoísmo, mantengo el fuego del optimismo alimentado y vivo. Y la prueba más abrumadora de esto es que me he lanzado ya a "hacer locuras": de ésas que hacen los de carrera; y la gente con "posibles" (éstos sin arriesgar gran cosa, por lo general); de ésas que hace la gente cuando, sencillamente, se pone a VIVIR: sin miedos, sin pánicos, sin reservas, sin dudas, sin lastres, sin el peso del rechazo; sin la burla del Destino, sin el corte de mangas de los que te tachan (¿de idiota?) de sus listas (poco listos)...      
    Sin angustia, sin tiempo que perder, sin corsés, sin límites: sin los límites que me ponen y me pongo... Sin mordazas, sin miopía, sin ruegos, sin disculpas, sin "malas rachas"... Sin sueños (rotos), bien despierto; sin esperas moribundas ni muertes en vida... SIN VUESTRA APROBACIÓN, sin duda... ¡¿Y QUÉ?!... Cuento CON LA MÍA.