Profesional, educador, padre, ciudadano con un punto de vista "político" claro; persona, ante todo y en suma... Todo lo pongo en evidencia, aunque sin vocación de mártir: tan solo me niego a ocultarme, a cargar con toda la responsabilidad de lo que me pasa... ¡de lo que NOS pasa! Porque en esta sociedad tenemos más de un "armario" que airear. Un saludo a todo el que se atreva.
No quisiera terminar esta introducción y bienvenida sin mencionar que las fotos -la mayoría de ellas- y demás material gráfico que se ve en este blog es obra del que se dirige a Vds. Espero que les guste.
Hi! This is Carlos A. Torres Velasco. I am a Spaniard teacher of Art in a Secondary School of Santander (Cantabria... No, not a bank!), and so I have been since 2001. The problem about addressing Anglo-Saxon people (or rather: almost any other people from wherever in the whole world) is that... you won´t understand a single word of all this! And I am sure the point of such a case will be difficult for you all to grasp: something about striving for a decent and professional way of living; something that has to do with wasting almost your entire professional life in a sort of "limbo"; with dignity and apparently aimless purposes too...
I spent quite a long period in Northern Ireland, and that is why I know the sort of "logic" that pushes forward your societies and the individuals within. Where this sort of "logic" is concerned, Spanish society is a far removed (very "stiff") kind of structure. Actually, this could be said about any aspect you might single out: politics, economy, industry, universities, investigation, trade... And such a "huge mistake", as it were, pervades ALL in this country; obviously, education, as a whole, is affected too. Our personal lives as well: very deeply.
If you don´t have the "guts" to dive so profoundly, then just "enjoy" my few photographs here and there. I hope you will not be discouraged... Thanks a lot!
lunes, 20 de junio de 2011
Germany
E-mail: balzuel@gmail.com
Hubo unas Navidades (¡ah, esas entrañables fiestas!) en las que éste servidor de ustedes tuvo una intrascendente y breve conversación con su tío político alemán. Bueno, él es casi más español que alemán, pues se crió en Valencia, y ha transcurrido buena parte de su vida en Madrid. Sea como sea, lo más probable es que esas Navidades terminasen como muchas en mi familia: con éste que les escribe "solo ante el peligro", acosado por el resto de parientes, debido a mis opiniones "nada constructivas" (en realidad, lo de la construcción propiamente dicha lo llevaba otro de mis allegados políticos más directos -por entonces un señor acaudalado-, para el que un servidor, de vez en cuando, trabajaba); despiadado acoso éste debido, pues, a mis tesis un tanto alarmistas, incómodas y de tono poco festivo, que en nada favorecía el sonriente y próspero espíritu navideño de familia tan boyante. Una pena, la verdad, ¡un tío tan sieso, tan aguafiestas!... ¡Ése soy yo!.
Sí, lo sé: estaba con lo de mi tío alemán... La cosa es que él opinaba por entonces que España era "la hostia" -con perdón- y que ya se codeaba, de hecho, con la propia Alemania, ¡ahí es nada!... Por supuesto, yo tuve mucho que objetar a tan entusiasta afirmación, y le invité a respaldar la misma con datos. Lo cierto es que se limitó a exponer un panorama que resaltaba (os lo estaréis temiendo) lo más superficial y anecdótico del "milagro español"... Lo realmente llamativo de esta visión eufórica es que la expresase un alemán.
Por supuesto, mi tío político alemán hoy en día está casi en la ruina (otro de esos negocios dependientes de la construcción), y no creo que opine -en concreto, sobre su país adoptivo- lo mismo que en aquellos prósperos y felices años de mis Navidades más pobres, precarias, típicamente agoreras y derrotistas.
Ya he escuchado de alguno de esos parientes, a estas alturas, ciertas quejas: desencantadas y virando hacia lo "hippy", rozando lo "revolucionario" (es sorprendente la facilidad con que las clases acomodadas tienden a lo "alternativo" en cuanto se sienten incómodas -¡incomodadas!- o fracasadas en la "normalidad": es otro de los lujos que ellos SÍ se pueden permitir); pero aun no he escuchado de ninguno de ellos algo parecido a una "disculpa"; nada parecido a un simple "acercamiento de posturas", o un análisis que recuerde -o que simplemente mencione- lo que yo solía decirles, años atrás, sobre su "espejismo", que tan caro nos salió -y va a seguir saliéndonos- a todos (¡al menos ellos algo lo disfrutaron, con sus cochazos, los yates y los viajes a La Patagonia, a Estados Unidos o a Birmania!).
Veamos... ¿Por qué cuento todo esto?... Supongo que me siento agredido, molesto, ya que se nos ha inoculado un estado de MALA CONCIENCIA PERMANENTE, sin duda: nos ocultamos, nos avergonzamos, nos preguntamos qué hemos hecho mal; y creemos tener, encima, muy claras todas las respuestas (al fin y al cabo, siempre las tuvimos próximas, acosándonos, tan nítidas como el propio presente). Es lo que suele ocurrir cuando se huye hacia adelante... ¡hasta chocar con el Gran Muro!, ése que siempre vimos, después de todo. Se me concederá, no obstante, que algunos, más "clarividentes", nos negamos a ignorarlo. En consecuencia...
Planteo ahora una pregunta algo digresiva: ¿qué nos debería torturar a los "difidentes/disidentes crónicos", a los que en todo este tiempo hemos estado estudiando, gastando lo justo (o lo poco que teníamos, para ir tirando), renunciando, privándonos, cediendo, advirtiendo, sobreviviendo...? ¿Es la nuestra el mismo tipo de "culpa" que la suya?: en cierto modo, supongo que sí. Lo que cambia (y mucho) es el grado, la intensidad... Lo que me lleva a pensar, de nuevo, en la importancia GRANDÍSIMA que tienen los MATICES, así como la gestión de los recursos basada en la adecuada consideración de dichos distingos; en la obsesión del Estado Social Moderno (muy al contrario) por el "igualitarismo", que tan tremendas injusticias ha provocado...
¿Un ejemplo?: en aquellos años de "vacas gordas" mis parientes más allegadas, y con ingresos (por entonces) envidiables, recibían de este "estado social igualitario" 2.500€ por cada uno de sus hijos, y no sé cuánto más "para pañales"... Yo sólo he criado a una, pero no recibí del estado ni una peseta de ayuda; NA-DA... ¡Y cuando mi hija tenía un año, ni un sólo miembro de la pareja trabajaba en mi casa!. (NOTA: De lo que pasaba "por debajo", casi se podría decir -por defecto- otro tanto; pero eso parece más "feo" mencionarlo). Os diré, además, que nuestra pequeña historia familiar sólo pudo terminar bien gracias al 8,6 que éste que les escribe obtuvo en su primer examen de oposición en Cantabria, mi bendito terruño; año 2002 (y gracias, también, a que las listas se "abrieron" dicho año, todo hay que decirlo).
Dadas las circunstancias, mi familia y yo vivimos hoy gracias a esa calificación; desde entonces, ni un sólo "privilegio" más: ni un "premio", ni un apoyo, ni un "empujón" (no hacia arriba, al menos), ni una "subvención" (apenas), ni una "dignidad", ni un "reconocimiento"... ¡al contrario!... En los últimos meses me han bajado el sueldo, me han humillado, pública, oficial y notoriamente -con una nota indigna, delirante, escandalosa- mis propios colegas (que, en su gran mayoría, han callado y, por lo tanto, otorgado).
Parte de mi familia, por otra parte (ahora no tan optimista), me reprocha que sea tan "intolerante" con la situación socio-económica que atravesamos (y con tantos como se nos han sumado al "carro" desde que cacareamos a los cuatro vientos lo ricos que éramos); y me recuerdan, de paso, sutilmente, que ahora me necesitan...
Sé lo que opinan muchos de mis amigos, la mayoría de la gente que de verdad me aprecia: que mi "impudicia" me perjudica; que muestro demasiado al mundo de mí mismo. Pero yo me pregunto: ¿en qué me beneficia (o en qué me ha podido beneficiar, hasta hoy) la "prudencia", la honestidad, el silencio, el anonimato, el esfuerzo, el trabajo a oscuras (o a puerta cerrada), la indiferencia, el "conformismo", la "procrastinación", las horas frente al ordenador (que, por cierto, me he pagado yo; aunque lo adquiriese, en gran medida, para poder trabajar con él); en qué me ha podido beneficiar la ocultación, en definitiva, de la clase de condena que se me ha impuesto...? ¿Se premia la humildad, hacer la vista gorda a la arbitrariedad y la mediocridad?; ¿ignorar el azote brutal, el erial en que se vive tras más de una década de lucha estéril?... Recordad a ese Saturno de Goya...
¡Alemania!... Aun nos queda mucho. Tanto, que, si algún día llegamos a eso, no lo verá ninguno de nosotros. ¿Es perfecta Alemania, una especie de mito envidiable?... ¡¿Lo es?!... ¿Existe algún país, alguna sociedad perfecta?... POR SUPUESTO QUE NO. Y no creo que sea necesario recordar ciertas "facetas" de la historia centro-europea; ni sus consecuencias... Pero creo que ya entendemos de qué estamos hablando, ¿no es así, mis inteligentes lectores?. Sabemos de buenos términos medios: de países encantadores, eficientes, ricos, cultos, serios, coherentes, exigentes consigo mismos, cohesionados... y orgullosos de serlo. Ninguno de ellos se llama España.
Ayer vi en la calle, por cierto, a un país que se buscaba a sí mismo (aun en una suerte de falsa "unidad"), que quería entender, pero no lo hacía; ni sabía hacia donde mirar, ni qué reclamar, ni si había una solución... Pero, al menos, se hacía preguntas, ¡por fin!... Aunque puede que un poco tarde.
Ayer fue un día hermoso, por cierto... en mi ciudad lo fue. Supongo que, después de todo, eso es lo que importa; y vivir para contarlo.
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