Y es que, además de la condena al Calvario, uno tiene que escuchar que no tiene derecho a quejarse (Por razones diversas: una de ellas es que ya tengo tanto o más de lo que necesito y hasta, probablemente, más de lo que merezco); y que, además, uno debe considerarse responsable -humilde y absolutamente- de cualquier cosa que le acontezca...
Me pregunto si entre los miembros de la "Casta" la arrogancia se considera virtud; si desintegrar la dignidad de un colega con una nota denigrante -al que saben perfectamente competente; en algunos casos, incluso más experimentado que ellos mismos- merece un premio; si el silencio del que otorga y acepta -por tanto- la ignominia, es el justo y único eco que ellos esperan escuchar.
Lo que es evidente es que no tienen que rendir cuentas ante nadie, y que se pueden permitir el lujo, incluso, de equivocarse con total impunidad. Si denunciar esto es arrogancia y locura, entonces yo soy el más audaz, desquiciado y vociferante entre los arrogantes lunáticos.
Por otro lado, la "pedantería", la "presunción", entre gente culta, con estudios -e incluso erudita, como no pocos de entre nosotros-, no deberían ser considerados "rasgos reprochables"... Me temo que el debate no se desencadena en serio -y de una vez por todas- porque no se da el nivel necesario; o por mala conciencia... O, tal vez, por la muy equivocada concepción de que lo que se recibe de este "sistema" es una dádiva: una bendición por la que hay que sentirse agradecido -tras el logro- o como en una especie de humilladero permanente -antes de ser tocado por la mano de la "Fortuna".
Es como si el mérito, el trabajo real y diario, la experiencia acumulada y la honestidad de uno fueran, tan sólo, detalles insignificantes: atributos superficiales de una personalidad (por no decir lastres contraproducentes).
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