NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010. E-mail: balzuel@gmail.com
Insisto en que -aunque hasta ahora sólo haya recibido de la inmensa WEB y de la mayoría de mis conformes colegas un lamentable silencio- todo esto es o pretende ser, SOBRE TODO, una herramienta, un arma de acción socio-política; un acicate para que muchos de nosotros empecemos a EXPRESAR Y PROCLAMAR lo que sentimos y padecemos; en definitiva, para que todos decidamos, de una buena vez, mover el trasero por nosotros mismos.
Reitero, por lo tanto:
1/ Instar a la Administración a hacer PÚBLICOS unos criterios de evaluación en las oposiciones para el acceso a la función pública docente: generales, pero también detallados para cada asignatura; claros, precisos y coherentes.
2/ Contratar en cooperativa a un abogado o notario (o a varios de ellos) para que nos asesoren en cuestiones concretas y prácticas, así como para ejercer como testigos cualificados de todos nosotros en el momento de las futuras “encerronas”.
3/ Proponer a la Administración y a los sindicatos que los exámenes orales sean grabados en audio y vídeo, y supervisados por la Inspección.
4/ Desarrollar, en dicho contexto, nuestros propios e independientes mecanismos de “auto-defensa”: públicos y notorios (piénsese en los susodichos abogados o notarios, pero también en nuestra propia gente), o “anónimos” (amigos, parientes o colegas funcionarios de carrera que apoyen nuestra causa).
5/ Organizarnos para asistir a tantas encerronas como sea posible (si no a todas); tomando notas y grabando -al menos en audio- las intervenciones (aunque lo ideal sería hacerlo en video, como ya se ha mencionado). Dichas grabaciones no serían concebidas, en un principio, como posibles “pruebas” en un eventual juicio (ya sabemos todos en qué consiste la “justicia” en esta país), sino como simples “herramientas de trabajo” para el colectivo; como meros datos susceptibles de análisis, y de los que podrían sacarse valiosísimas y significativas conclusiones.
6/ Fijar unos “criterios” de evaluación para nuestro “colectivo de autodefensa”. Éstos se deberían elaborar a partir de los que la propia Administración haga públicos, pero también en base a nuestra propia experiencia y según lo que dicte el mero sentido común.
7/ Recabar de los miembros del Colectivo los datos y circunstancias más relevantes de su carrera (incluida la de “obstáculos”), con el fin de elaborar una base de datos estadísticos que, tal vez, ayudarían a dilucidar algunos aspectos significativos de todo este galimatías (entre otras cosas, podrían permitirnos demostrar que no existe, de hecho, ningún “patrón” lógico en todo ello; tesis que me adelanto en proponer).
8/ Colaborar REALMENTE, HONESTAMENTE, en la preparación COOPERATIVA de nuestras oposiciones.
9/ En caso de reiterado fracaso, dirigirnos a la Administración y autoridades competentes, así como a nuestros “colegas” miembros de Tribunales, de forma digna, coherente y colectiva, con la razonable intención de recabar sus explicaciones al respecto.
10/ Lograr el compromiso de los miembros del Colectivo que consigan aprobar las oposiciones (si es que este éxito es posible, tal como funciona el “cotarro”) de que, desde su recién logrado status y en la medida de sus posibilidades, sigan luchando por las justas reivindicaciones que el colectivo de “opositores de larga duración” propone.
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