DEBE SER...

Es muss sein: debe ser... No hablo alemán, pero sí puedo afirmar, proclamar y gritar al mundo mi obsesión, mi profunda y absoluta identificación con esa música: no creo que ningún ser humano, jamás, haya llegado más lejos que Beethoven en sus últimos cuartetos... Por supuesto, no me olvido de su novena ni de las últimas sonatas para piano.


    Pero no estoy aquí para hablar de música. Ni siquiera soy músico -¡lástima!-, pero esa frase misteriosa, en el margen de una partitura, nos hace pensar... ¿Debe ser?... Si yo fuera creyente, la resignación sería explicación suficiente... Aceptaría que esos que, hace tan sólo unos meses, no apostaban por sí mismos ni la décima parte de lo que apostaban por mí, sean ahora aliviados y dignos funcionarios de carrera (sí: la dignidad es un concepto clave en todo esto); o estén a punto de serlo... ¿Me merezco yo, por tanto, la indignidad, la vejación pública y oficial?... ¿Debe ser?... ¿Con qué propósito?... ¿Cuál es mi destino?... ¿Ante qué o quién me rebelo?. ¡¿Ante qué "razón"?!... 
    ¡Qué gran fortuna la de los creyentes, al poder recibir y aceptar con humildad la Divina Providencia, lo único que puede y debe "rendir cuentas" ante ellos!... ¿A quién le pido que rinda cuentas ante mí por esta grotesca ignominia, arrojada desde un "púlpito de soberanía suprema", pero tan absurda, tan jodidamente humana?... Muss es sein?!...   
    Anoche me dormí pensando... Hoy me he despertado soñando; y, otra vez, vuelta a pensar... No sé cuántas noches ni cuántas mañanas más deberán pasar antes de que mis pensamientos y mis preguntas cesen. Pero comparto con alguien muy próximo y querido su éxito: las ocasionales felicitaciones exaltadas de los rezagados, las conversaciones sobre los cursos y los "inspectores", MUFACE... Une autre chose!... ¿Fruslerías?... ¡El alivio, el progreso personal, una vida que avanza y cambia... a mejor!... ¿Qué sentido tendrán ya las charlas sobre el Temario maldito, las horas perdidas en la madrugada, los fines de semana enclaustrado, las renuncias, la claudicación, los "distintos enfoques", los ensayos frente al espejo, las actividades y los contenidos?... ¡¿Cuántas veces MÁSSSSSSS?!...
    Mi vida personal ha sido afectada por lo más devastador que una existencia pueda soportar: le ha sido arrebatado su tiempo, su razón y su dignidad. Este "monstruo" proteo, absurdo e implacable, me ha condenado, en cierto modo, a muerte: a la destrucción de una parte única, insustituible e irreversible de la vida que me queda. Y si existe el pecado, entonces no se me ocurren muchos que puedan ser más graves ni más terribles que éste... ¿Tendrán ellos una conciencia que les atormente?... Lo deseo profundamente: ahora, entonces, yo  también estoy pecando. ¡Sea!... MUSS ES SEIN!!.