Te desearía suerte, si te la merecieras (No me consta... No digo que no sea así: simplemente que no me consta que te la merezcas más que otros), pero no me siento correspondido con lealtad ni con respeto. Pararé aquí, pues a lo que nunca me atreveré es a hacer contigo lo que tú sí haces conmigo: juzgarme.
Pero te concedo la razón en una cosa: en que puedes extraer de tus lecturas epistolares -de cartas que a ti no se han dirigido- la conclusión de que te podrías estar "quitando de en medio" a otro de tus estorbos. Éste, por demás, ha sido declarado incompetente, de forma oficial, por la "Casta"; por este "sistema" que "depura" con tanta justicia y siempre tan atinado. Por decreto, ¡sea!: incapaz, impresentable, inútil... ¡Incómodo!.
Nos vemos en cuatro, seis o diez años... ¿Sabremos resistir la espera, el tiempo, la vida?... All the best, N.!
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