Es todo muy confuso últimamente: comprensión e indignación, que no conducen a nada... Una certeza aplastante, que me distancia de la "otra" realidad; ésa que yo ya debería estar viviendo, a mi edad, tras mi meritorio esfuerzo y la acumulación de experiencia... Una resistencia, por mi parte, que ya no sé si es obstinación, fortaleza o mero sentido de supervivencia; una huida de las simas de la depresión y la locura, o sólo el efecto de un amor propio que -tal vez- debería reservar para mejores causas. Pero, ¿cuáles?... ¿Qué "terreno", qué opciones, qué tiempo?... Transcribo, a continuación, el extracto de una carta:
"Aprovecho la ocasión para exponerles algo muy importante, respetuosamente... Algo que a todos nos debería incumbir y preocupar, no sólo a los afectados: este “Sistema” (Esta Consejería) debería plantearse MUY seriamente qué hacer con todos nosotros; qué solución digna y razonable se le debiera dar a todo esto. A no ser que tengan previsto, para un futuro no muy lejano, tirar de la cadena y arrastrarnos con la escobilla de generaciones más jóvenes y, tal vez, más sumisas. ¡Enorme tragedia, en tal caso!: docente y profesional; social y humana... Espero que nadie en su Administración opine o prejuzgue que algunos de nosotros somos simplemente “prescindibles”; o que sostenga a priori, incluso, que carecemos de las virtudes, capacidades o valores cívicos necesarios para formar parte de tan selecto “club” .
Puede que alguno se permita hasta la "gracia" de sugerir que en estas últimas cursivas me limito a redactar lo que me dicta la "conciencia"... Muy sencillo todo, en efecto: ¡un fracasado más!; ni más ni menos. Sin embargo, es en ese terreno, precisamente, en el que no estaré dispuesto, NUNCA, a ceder ni un palmo. Por lo tanto: ¿QUÉ DIABLOS ESTÁ PASANDO?...
¿Me repito?... No escucho vuestro clamor, así que debo ser yo el que vuelva una y otra vez sobre la misma pregunta obsesiva...
En la próxima entrada trataré de abundar sobre mi "plegaria" a los que, sin duda, ya estarán haciendo cálculos sobre nuestro futuro. No los creo a todos ellos -sinceramente- unos desalmados; pero hay detalles de todo el tinglado que se escapan de sus manos... Es como si supieran que se cometen injusticias y agravios -de forma sistemática y por una carencia absoluta de simple sensatez-, pero parecen verse desbordados por tan enorme responsabilidad; ante lo cual y por lo tanto, sólo se estarían "dejando llevar" (en una especie de huida hacia adelante). Sin embargo, no puedo olvidar a ésos que, muy al contrario, ya nos tienen perfectamente "catalogados" a algunos de nosotros (Resumo: están deseando "tirar de la cadena").
También intentaré elucubrar en torno a los posibles argumentos de quienes se ven en la "obligación" de "condecorarnos" con notas aberrantes y disparatadas... y luego en el brete, tal vez, de justificarlas.
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