Preámbulo a un SENTIDO AGRADECIMIENTO (5ª carta abierta a Don Mariano Rajoy)

Ilustrísimo Señor Presidente:

Tengo acumuladas una miríada de asuntos que tratar con usted, por mucho que a usted, mayormente, mis cosas no le interesen demasiado. La verdad es que "mis cosas" son las de la mayoría que -hasta el día en que se firmó (pocas jornadas atrás, ¿no es verdad, Señor Presidente?) el "acta de defunción" de la Clase Media Española- ha constituido la base de este país; como lo es la de cualquiera que se precie de ser próspero, ambicioso, ordenado y civilizado. Aun así, no creo que le apetezca ponerse a leer lo que yo tengo que contarle... Me parece haberle dicho ya antes algo muy parecido: disculpe si me repito.
    Ahora, verá: tengo que seguir con mi vida; hasta el punto en que me dejen ustedes, políticos, especuladores y oligarcas en general. Alguna responsabilidad han tenido en mi destino (todo hay que decirlo) algunos de mis colegas de profesión, pero eso es algo que va aparte, como quien dice, y yo ya les tengo dichas unas cuantas cosas a ellos, no se crea que un servidor es de los que se callan, no... 
    Lo fundamental va a ser mi más sentida EXPRESIÓN DE AGRADECIMIENTO: a usted y a los miembros de su equipo. Por estar haciendo algo tan difícil -¡y de tanta responsabilidad!-, con gran dolor de sus muy pías almas, aunque por nuestro propio bien, ¿no es así?: el de todas las españolas y españoles, sí señor... Incluidos algunos que podrían estar de paso, pero, la verdad es que con ellos casi que no va esto, pues tendrán a donde irse, llegado el caso; pero nosotros sólo tenemos esto: lo que ustedes nos dejen, entiéndase.
    Lo dicho, Don Mariano: permanezca atento a mi "punto de vista", que es el de millones (modestamente). Y es que, mire usted -perdóneme que le interpele así-, pero de estas cosas de luchar duro por lo básico -por la comida, la vivienda, una decente formación para los hijos, el trabajo y la dignidad- usted no sabe nada o a duras penas (y, si acaso, por "referencias").
    De momento, termino con un deseo: que, por el bien de la gente trabajadora y decente de este país, usted tenga alguna claridad, alguna certeza preclara, sobre las consecuencias (en el largo plazo) de todo lo que nos están haciendo.

Un saludo, 
Carlos A. Torres Velasco (Profesor Interino "Emérito", todavía)
Santander, 11 de julio de 2012