EE.UU. / Segunda carta a M. y otras epístolas de tono airado e hiriente

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010. 
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Compruebo que la mayoría abrumadora del tráfico en mi blog, las últimas horas, procede de Estados Unidos... Dice mucho de lo que les importan a mis paisanos casos como el mío. Sí señor, muy elocuente... ¡En fin!, tampoco me pilla por sorpresa.
    Dos años ya; escribiendo... Por entonces, un Campeonato del Mundo de fútbol; hoy otra Copa de Europa... Ha sido para mí esta jornada un día sereno, feliz: con mi hija y con mi madre, a quien, para ser sincero, apenas veo... Hace dos años fue parecido, todos juntos... Pero lo que sí que ya no espero es la celebración COMPLETA, definitiva, de una paz que he perseguido, desde hace ya casi catorce años, en vano: mi sino es la DERROTA; y no importa lo que haya hecho o haga de ahora en adelante, pues estoy "marcado", tachado, "inmolado"...
    Escribía hace unos días (al poco de confirmar la precariedad o la ruina que me aguardan) que la piedra que empujo, ya me la habían hecho rodar por encima... Aun es pronto para decir ésta u otras cosas, pero llevo en la recámara -desde febrero, al menos- algunas palabras premonitorias y lúcidas, aunque repletas de IRA. Aun no las publicaré... De momento, me alivio con extractos de alguna cartas y reflexiones, hechas a cuenta del gran despropósito que es mi destino; de la vida vista desde el lado de los que no suelen elevar la voz: desde el callejón oscuro de los "perdedores", que son los que deben pedir perdón y, encima, dar las gracias (por nada o apenas nada). Lo dicho...

"¿Sabes, M.?: durante dos cursos tú fuiste para mí una de ésas personas que se te pasan desapercibidas, como hay tantas y en las que apenas reparas. Yo debo haber trabajado ya con decenas como tú a lo largo de estos diez cursos... Creo que nuestra amistad y aprecio (las cosas reales y genuinas no se pueden fingir, ¿verdad, M.?) me confirman que los que pasáis como "de puntillas" al lado de los demás, con humildad y silenciosos, acaso seáis los mejores.
     Agradezco a R. que nos pusiese juntos (y solos) en esa guardia de los viernes. Una simple casualidad, pero esto es lo que decide, al cabo, el destino de las personas. En este caso, no podría sentirme más afortunado.
     Por desgracia para mí, es posible que yo no sea de los que pasan "desapercibidos", y puede que desencadene rechazos, recelos, envidias... hasta desprecio, quién sabe. ¿Mis grandes "defectos"?: mi heterodoxia, decir casi siempre lo que pienso y expresar, a menudo, lo que siento... Durante un tiempo en la vida (cuando somos jóvenes) creemos en el valor supremo de la VERDAD, de la FRANQUEZA y de la HONESTIDAD. Pronto nos decepcionan y nos revelan la otra "Gran Verdad", que no es sino que la vida está corrompida por lo contrario: la MENTIRA, el disimulo, el fingimiento y eso tan "civilizado" que llaman "diplomacia" o "convenciones sociales" o -más recientemente- lo "políticamente correcto".

    Puede que yo siempre me haya resistido a asumir eso, y es por ello que se me está haciendo pagar tan cara la osadía. Es solo una teoría, claro, pero estoy convencido de que la mayoría de mis problemas y carencias vienen de esta "obstinación" mía... No cedo, no me uno al "rebaño", me resisto a aceptar los "santos preceptos", busco la coherencia y mantengo mi espíritu crítico siempre alerta... Estas cosas, M., cotizan a la baja; puede que siempre hayan estado en "números rojos", en realidad.
     ¿Me mencionas la política?; ¿me dices, incluso, que yo debería formar parte de ella?... ¡y que me votarías!... Puede que hagan falta ya, más que nunca, personas que la enfoquen de otra manera... Lo malo, M., es que es muy posible que nos hayan colocado, a la mayoría, en un punto de "no retorno". Pero gracias por la "propuesta" y ese sincero entusiasmo.
    Por lo demás, trato de aferrarme a un hilillo de esperanza que -para serte sincero- yo aun conservo y muchos de mis compañeros para sí quisieran... Además, me reconforta OÍR, ESCUCHAR, SABER... que personas como tú aun siguen ahí, que os importa lo que me pase y que estáis dispuestas a animarme y a ayudarme, hasta donde os resulte posible: sólo con eso, ya me siento mucho mejor... Por desgracia, M., la gran mayoría prefiere callar, mantenerse al margen, adoptar una actitud, en el mejor de los casos, de "compungimiento solidario" (quién sabe si fingido).

    (...) Creo que gente como tú me inspira, me da fuerzas, me ayuda a seguir adelante y a luchar... ¡La de cosas que pueden surgir de una hora de guardia en las mañanas de los viernes!... En serio, M.: GRACIAS POR TODO. Te mantendré al tanto. Un fuerte y sincero abrazo".

Ésta es otra, a una interlocutora distinta (ella sí, como yo, profesora interina): 

"Creo que ya se acabó la hora de las "palabras". Nos dicen, eso sí, que todo debe aceptarse con "resignación" y moderado "civismo": con una especie de "gallardía" y buen talante, ¡perdedores dignos y, con ánimo, a la cámara de gas! (La vita e bella!). Pero, dime: ¿con qué cara ha de aceptarse la ruina, la depauperación, el fin de toda esperanza?... ¿Qué clase de "fair play" es ése?... ¡Menudos hipócritas todos los que nos proponen esto!.
     Me merezco la tranquilidad y la estabilidad, a mis 47, tanto como el que más: como todas las "currantas" de mi asignatura, si no más... (...) Debe ser que me falta ese "algo", esa cosa inefable que irradian los triunfadores y las triunfadoras, no sé... ¡Pero éste que te escribe impartió a un grupo de Bachillerato, en el segundo año de su carrera docente, LOS DOS CURSOS DE DIBUJO TÉCNICO... SI-MUL-TÁ-NEA-MEN-TE!... ¡Con un par de cojones!... ¡Y esos chavales fueron a la Selectividad y sacaron unas notas más que decentes!... Pero suma a eso, por si fuera poco, ¡UN GRUPO DE "COMPENSATORIA"! ¡TECNOLOGÍA!... Esa plaza la había rechazado, por cierto (y no es de extrañar), la número uno de la lista de Dibujo, ¡qué te voy a contar!... Luego tuve a mi Jefe de Dpto., unos años después, de Presidente de Tribunal, pero ya se sabe... ¡Me callo! (de momento).
     Llevo siete oposiciones (seis de mi asignatura natural), casi catorce años de sacrificios y de esperanzas frustradas; muchas renuncias, ansiedades, somatizaciones, desolación, incomprensión, acusaciones veladas, reproches explícitos e implícitos... Cientos de "tal vez, Carlos", o de "puede que tú", o de "a lo mejor no es el enfoque", o de "lo que ellos esperan es que", o de "deberías probar otras ocupaciones y hasta otros continentes"... Dos personas, al menos, dependen CASI ABSOLUTAMENTE DE MÍ. No cuento con nadie: mi familia casi no "existe"... Entiéndelo, R.: con la "resignación" no nos basta... De eso no se come...
     Lo que me indigna casi más de todo esto es la arbitrariedad: lo poco que les hubiese costado, a mis estimados colegas (muchos me conocían de sobra, como ya te he dicho), hacer lo que ellos SÍ podían hacer... ¡si hubiesen querido!... Pero no: otros les han "molado" más (¿gracias al hecho de contar éstos con un "guión" previo, perfectamente dictado por algún experto veterano, y jugando, por tanto, con ventaja?). ¡Eso sí!: nada de argumentos, nada de explicaciones... Sin unas palabras dedicadas, tal vez (¡ni siquiera a posteriori!), a guiarme, a asesorarme, a ayudarme... Nadie, jamás, me ha brindado eso... ¡JA-MÁS!

    ¿Se les estaba cediendo, acaso, ese tipo de información privilegiada a otros más "afines", más "simpáticos"?... Si alguien, a estas alturas, aun se cree que lo que se dilucida en unas oposiciones como éstas es la "idoneidad" o la "profesionalidad" o la "capacidad" de los aspirantes, o es demasiado ingenuo, o está ciego, o es demasiado idiota.
    Se me ha estado RECHAZANDO, a sabiendas, sistemáticamente, todos estos años, R. No soy uno de sus "favoritos", uno de ésos que sí molan, que sí son "guays", que son "currantos" o, más bien, "currantas" (lo siento: me llegó al alma esa descripción de un veterano... ¿Y yo? ¡¿Qué mierda soy, so cabronazo, con siete putas oposiciones en la chepa y diez años de profesión, de acá para allá?!).
     ARBITRARIEDAD: ése es el único concepto que tiene aquí algún sentido... Ése y el de las "simpatías personales"; por no hablar, directamente, de NE-PO-TIS-MO... ¿Suena demasiado fuerte?: pues deberíais probar con el ruido sordo, constante y turbio de la ansiedad, la angustia y la RUINA".