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- 6º/ En donde se habla de las trazas y apariencias del texto magistral llamado Programación: Un servidor de Vds. dedicó, aproximadamente, entre doce y veinte meses de su vida a la planificación y redacción exhaustiva de tres Programaciones, para tres asignaturas distintas. Compré una impresora láser para poder hacer yo mismo, en mi propia casa, las pruebas, correcciones y tiradas definitivas de la última de ellas... Afirmo solemnemente: quizá haya sido la mayor y más decepcionante pérdida de tiempo, dinero y energía en toda mi existencia... ¡Y eso que he perdido bastante tiempo, dinero y energía, a lo largo de muchos años!.
Haceos de una Programación ya redactada; pero no una cualquiera, a ser posible: la Programación "ideal" es aquélla que ya ha sido puesta a prueba; frente a un Tribunal, se entiende. Téngase en cuenta lo que ya destacaba en mi anterior entrada: los meses o años de "zapa" pueden dar estos "frutos", sin ir más lejos. Si convencéis a un colega "de carrera" (los recientemente bendecidos son la mejor fuente: sus trabajos están "frescos" y puestos al día con las últimas "novedades") de que os merecéis ese tesoro, ese "pedazo de sí mismos", entonces vais por buen camino (lo más probable es que ella o él mismo le hable bien de ti a otros colegas, quienes, a lo mejor, aun no te conocen).
Por lo general, basta con hacer algunos retoques (a veces ni eso), que deberán aportar al conjunto un aspecto personal. A continuación, yo lo estructuraría y resumiría; lo destriparía, lo reconstruiría y me lo "empollaría", sin más. Pero, ¡ojo!: se trata de "hacerlo tuyo", de asimilarlo, de conseguir que sus líneas en arial corran por tus venas: casi como si se tratase de tu propio retoño (con esto y el "ensayo escénico", el Gran Premio es vuestro).
Por lo tanto, si creéis que merece la pena cuidar la redacción, la estructura, la sintaxis, la semántica, el ritmo, la puntuación, los adjetivos, los más mínimos detalles de diseño, el estilo o las ideas (incluso), ESTÁIS MUY EQUIVOCADOS. En serio: NADA DE ESO SE VA A VALORAR, ¡NADA!. La mayoría de vuestros colegas ni siquiera son capaces de hacerlo: incluso disponiendo del tiempo necesario para leer vuestra "pequeña obra maestra", ellos no apreciarían vuestro esfuerzo, pues carecen de las "pautas" o conocimientos esenciales mínimos (sí, lo sé: el valor se les supone, pero daos cuenta de la heterogeneidad de los orígenes, de las formaciones académicas, de los "tiempos pretéritos" en que algunos entraron en esto... El abanico se curva entre la eminencia y la perfecta mediocridad: es un hecho; no lo ignoréis). Pero, en todo caso, ¡no dispondrán de ese tiempo!... Sólo conozco un caso de "tribuno" (es amigo mío) que se leyó TODAS las Programaciones que tuvo que valorar en su momento; pero él es un caso excepcional: no confiéis en ello.
Debo insistir en algo que ya he apuntado líneas atrás; es sólo una intuición, pero no debo andar muy descaminado: se trata de que creo que las complejidades conceptuales, cualquier intento de demostrar (por el medio que sea) que vosotros sois capaces de elaborar una estructura o "fórmula" innovadora y distinta... todo eso, por lo general, está condenado al fracaso.
¿Lo habéis pillado?: nada de trabajo superfluo, id al grano, ¡cosechad el grano!... Es (sois) un producto nuevo, nadie lo conoce: salid a la palestra y tratad de convencer a ésos que os juzgan (presuntamente, por vuestro trabajo y vuestro potencial) que las apariencias son fantásticas y que -y ésta es la clave- corresponden a alguna esencia... la cual, lamentablemente, apenas podrán vislumbrar (si es necesario, y si no es muy "agraciada" la susodicha, hábilmente se la escamoteáis). Por supuesto, una labia convencida y convincente, una sonrisa a tiempo y una (prudente) actitud de "predicador televisivo americano" (o de presentador del "tiempo" de Antena 3) ayudan bastante. ¡Suerte!.
- 7º/ En donde se apuntan las maneras y cualidades que valoran de ti aquéllos que saben que sus manos mecen tu cuna (o te cortan el cuello): Éste es un punto difícil de desarrollar. Ya he reflexionado sobre algunas de estas cosas antes, muchos meses atrás, cuando la masacre perpetrada sobre mí aun estaba fresca y la sangre semi-coagulada aun despedía vapor sobre mis miembros...
¿Existe un "tipo" de opositor que esté condenado al éxito, de antemano?... Yo os estoy aportando una larga y sufrida experiencia negativa. Es paradójico que de ella puedan extraerse tanta "sabiduría" y conclusiones. Pero es sólo una paradoja, precisamente... Creo que lo que os diga podría ser más válido en unas asignaturas que en otras: en la mía (Dibujo) la HETEROGENEIDAD es brutal, pues se juntan, en un sólo Departamento, ingenieros e ingenieros técnicos (de mil ingenierías posibles), aparejadores, arquitectos, licenciados en Bellas Artes, tal vez algún historiador del Arte... Se nos supone "afines", pero en ningún otro ámbito pedagógico se obliga a que convivan mundos más apartados y contrarios. Si os pica la curiosidad, yo no me considero perteneciente "genuino" de ninguno de ellos, aunque mi titulación sea la de Bellas Artes. Y, si se trata de sacar conclusiones de lo negativo, entonces tal vez deberíamos afirmar que CONVIENE QUE PERTENEZCÁIS A UNO DE ESTOS MUNDOS DIVERSOS. Mejor será si en vuestra asignatura todo está más claro (enhorabuena).
Creo que, en general, no se valoran las cualidades menos evidentes. Me explico: si, por ejemplo, domino uno o varios idiomas "vehiculares" extranjeros, si he sido tres veces doctorado (lo cual se valoraría poco más que si hablase eusquera o gallego), si tengo un par de novelas publicadas o veinticinco artículos editados en "Nature"; si me apasiona la música, o si disfruto de profundas y serias lecturas de los clásicos; o me dedico a escribir poemas épicos, o a hacer maquetas; o soy un manitas de la mecánica, o me enfrasco en debates y en polémicas de alguna enjundia... nada, nada de todo eso se va a tener en cuenta. Podría incluso darse el caso de que varios de los miembros del Tribunal te conozcan bien, y sepan de alguna o de todas las riquezas de tu compleja personalidad. Sinceramente: creo que te despedazarán, de todos modos -sin un sólo temblor de su pulso; también lo sé por experiencia- si no les ofreces lo que están buscando, lo cual responderá tan sólo a un esquema, a un "armazón" elemental, a una simplificación simpática de ti mismo (casi una caricatura: no se van a complicar la vida, entiéndelo, pues su veredicto lo emiten en tres minutos). El empobrecimiento intrínseco de todo este proceso es tan evidente que da grima.
Pensad ahora en algo muy importante: ¿qué ayuda a desarrollar y dignificar la personalidad, la sabiduría, la prudencia, las habilidades... todas las cualidades, en suma, así como, en su conjunto, toda nuestra experiencia vital, MÁS QUE EL EJERCICIO DE UN TRABAJO?... ¡Nada hay que sustituya a esto!, ¿no es cierto?. Por eso es tan mezquina la postura que se empeña en DESPRECIAR al que lleva años y años en las aulas sin lograr el "plácet" definitivo de sus estimados colegas...
¿Barro para casa?: sí, hablo de mí; y de cientos y de miles... La "encerrona" es -demasiado a menudo- una burla al valor, a la experiencia, a las cualidades y a la sabiduría de todos nosotros. Y hay que haber pasado por esto para saber a qué me refiero; cualquier opinión ajena es, por necesidad, superficial, parcial e ignorante; y estará llena de prejuicios condescendientes u odiosos (preguntadle a cualquier lego en la materia, por ejemplo). Aunque lo más triste de todo es que ESTA BURLA ESTÉ CONSAGRADA Y BIEN AMARRADA EN LA LEGISLACIÓN VIGENTE, sacrosanta e intocable.
No me quiero desviar demasiado... Por si aun no había quedado lo bastante claro: crearos un "personaje". Olvidaos de vosotros mismos: vosotros (así, tal cual) no valéis nada. Preguntad por ahí, recabad material, atad cabos, haceos un esquema muy simple de las ideas pedagógicas más en boga y colgároslas de vuestro "maniquí", bien a la vista y perfectamente digeridas y estructuradas. Ocultad las complejidades y sutilezas, las contradicciones, las opiniones, las ideas propias... No estáis ante un Tribunal para hacerlo pensar: sólo para hacerlo despertar de su sopor y para gustarle.
- 8º/ En donde se sugieren otras tácticas y estrategias "de guerra" (psicológica u otras): "¡Yo por mi hijo maaaato!"... ¿Gracioso?: sí. Pero, no os lo toméis a la ligera: de ESO se trata, precisamente. A ver si me explico... Ya hemos hablado de esa famosa (y útil) labor de "zapa". Entre todas las ocupaciones y obligaciones de un buen zapador está la de sonsacar, espiar, deducir y seducir (¿en todas sus acepciones?: bastaría con que convencierais de vuestra perfecta idoneidad a quien corresponda, pero no descartéis nada), rebuscar, atar cabos aquí y allá, prever e interpretar reacciones del "enemigo" (aquí incluyo a los de uno y otro bando... también el "tuyo"; al fin y al cabo, en este mundillo y mientras estés ahí, tan solo, TODOS son el "enemigo").
Lo que un buen zapador es capaz de hacer es mucho, retorcido... e inconfesable (por lo general). Yo no he practicado nunca este tipo de guerra, ¡muy al contrario! (si no recuerdo mal), así que no os puedo dar ningún consejo consistente sobre sus planteamientos. Me los puedo imaginar, no obstante: sutil maledicencia, peloteo, trasiego de "documentación sensible, privileagiada o estratégica", nepotismo, favoritismo, manejo hábil de las simpatías (propias) y de las antipatías (hacia el "otro"), control de los "tiempos" y de los "espacios"... Yo he sido testigo de las señas (satisfechas) que un miembro de Tribunal le hacía a una "favorita" cuando se abrían las plicas... Sólo os diré que dicha aspirante acabó aprobando las oposiciones; no ésas: las siguientes, pero ya apuntaba maneras entonces, claro... En fin...
Huelga decirlo: nada de compartir documentos, ideas, esquemas, resúmenes, temas "cojonudos" del Temario, unidades didácticas, bibliografías, sugerencias, conocimientos técnicos útiles (menos si son "TIC" y son "guay"), etc. No se os va a juzgar por vuestra generosidad, ni por vuestra bondad, ni por vuestro desinterés, ¡NO!... Este proceso no es el de vuestra "beatificación"; y aunque, ciertamente, existen personas benditas, encantadoras e intachables, son la inmensa minoría; y no todos los que aprueban responden a tan angelical y extraordinario perfil, ni mucho menos...
Por lo tanto, se trata de distinguirse, de destacar: ¡Haced LO QUE SEA por lograrlo!. Los años pasan como losas, y nada NI NADIE os va a compensar por una valoración reiterativamente torpe, indolente, sesgada, cegata, parcial, malintencionada, incompetente y hasta denigrante y absurda. Ni aunque repentinamente me escribieran cientos de colegas a este blog (eso no ocurrirá nunca, claro), solidarizándose conmigo, lamentando todo esto con un dolor lacerante, sincero y profundo; ni aunque llegasen todos a la Consejería en manifestación a presentar un escrito de adhesión (a mí, se entiende), solidaridad y condena en el Registro... ¡NI AUN ASÍ, NADA NI NADIE ME COMPENSARÍA POR LO QUE NO HE (OB)TENIDO O POR LO QUE SE ME PUDIERA ARREBATAR EN EL FUTURO!... Meteos esto bien en la mollera, queridos "aspirantes": prudencia, "fair-play", "invisibilidad", buenas maneras, apenas las justas... Pero, eso sí: que parezca un accidente...
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