MATILDE / Porras (AVICODEDO) / LEYENDA

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010. 
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Habréis reparado los más avezados en que en mi reciente relación de nombres propios femeninos faltaba uno: Matilde. No se trata de un olvido, en absoluto. Mas supongo que entenderéis (si sabéis de qué va todo esto) que no la mencione a ella; a una de las más veteranas profesoras interinas de Plástica que en esta región quedaban: una de ésas con las que aun se debía hacer justicia... ¡En efecto!: justicia... Y, si analizamos su caso (uno entre tantos, no lo olvidemos), nos daremos cuenta de que sus calificaciones nunca alcanzaron, hasta ahora, un nivel apenas razonable, si se consideran los años de ejercicio y experiencia acumulados por mi estimada colega: década y media larga, si las cuentas no me fallan.
    Lo que sorprende es que, de repente, la misma persona, tantas veces fulminada y humillada, con las mismas capacidades y cualidades de hace dos, seis, diez años (sin duda, esto sí, con un mayor bagaje), obtenga ahora el parabién y total respaldo de sus colegas: la aceptación, por fin, y el reconocimiento a una carrera que, en más de un caso, supera en cursos, en número de alumnos y en largos, larguísimos años, a las de ciertos miembros de todos esos Tribunales que la han tenido que juzgar a ella. Y sometida a tanto escrutinio, parece que, al fin, sus muy exigentes "forenses" han decidido que es "válida"; casi "cum laude"... ¡Vaya!... Por supuesto, por lo que a mí respecta, ese reconocimiento a mi colega Matilde ya estaba pendiente desde hace, al menos, diez años... 
    Podría mencionar tres o cuatro nombres, como mínimo, de otros colegas míos que se merecen ese mismo reconocimiento; tanto (o casi) como Matilde se lo ha merecido. Tan "malditos" como yo -o más-, se reparten éstos por los distintos Institutos de Cantabria desde hace más de una década; y, si atendemos a sus resultados en oposición (yo me incluyo), ciertamente los hijos de nuestros convecinos corren un serio peligro, ya que se halla al cargo de su educación una insidiosa banda de incompetentes reincidentes (Y, no lo olvidemos: GANDULES).
    
Cambiando un poco de enfoque: en más de una ocasión se me ha pasado por la cabeza convocar una "porra". ¡Sí, en efecto!: una PORRA. Incluiría los nombres de los "currantos" y "currantas" con más posibilidades de triunfar en el próximo "Grand National" (yo mismo daría los nombres y apellidos de mis favoritas... os; pero prefiero no compartir información sensible). Las apuestas deberían tramitarse de forma seria y legal, y los beneficios obtenidos irían a parar a un fondo común para el sostenimiento de la nueva Asociación de Víctimas Colaterales y Desahuciados Docentes (AVICODEDO; no confundir con METID@ADEDO: ése es otro tipo de contubernio). Los aspirantes sin dotes dramáticas ni formación teatral deberían abstenerse; los usuarios de "Mac" recibirían un "bonus" por su afán innovador y distinción (todo esto, de momento, me descarta... ¡Faltaba más!).

Más en serio (no perdamos la compostura): una "leyenda urbana" de este mundillo delirante y atroz nuestro -aunque me temo que, en realidad, ocurrió realmente- cuenta el caso de una opositora muy veterana quien, en medio de una situación personal y familiar dramática, con muertes recientes y enfermedades graves, se derrumbó ante sus colegas el día de la "bendita encerrona" (como es lógico, todos ellos la conocían de sobra). Por supuesto, fue incapaz de hacer lo mínimo que se esperaba de ella, pero, con un coraje y dignidad encomiables, conminó a los allí presentes a considerar la situación desde un punto de vista MORAL y ÉTICO poco "convencional", dadas las circunstancias. Dice la "leyenda urbana" que sus compañeros hicieron lo que todos ellos sabían que debían hacer para que su desmoronada colega entrase a formar parte de tan "selecto club", de una buena vez... ¡Bonito final! Seguramente, el más justo y RAZONABLE posible... Pero algunos, con todo, aun se cuestionarán este proceder: ¿realmente se trata de una opción moral y ética aceptable la que adoptaron aquellos cinco profesores?... Yo, en este sentido, no tengo la más mínima duda. Al fin y al cabo, ¡la propia Administración admite -implícitamente*- que no es garantía suficiente para el "Sistema" que un aspirante supere las pruebas de selección que ella misma convoca y organiza!... Parece claro, por lo tanto, que este reconocimiento implícito viene a confirmar que todo lo que se haya superado hasta entonces (hablo de la oposición, claro) podría ser, tan sólo, el resultado de una afortunada carambola del destino... Que es de lo que, realmente y en no pocos casos (os lo aseguro), en efecto se trata.


En otro momento reflexiono sobre las certezas que muchos de mis colegas sostienen (me temo que incluso más que yo mismo) en torno a mis merecimientos, a mi lucha y mis posibilidades en todo este lamentable asunto. Un abrazo a todos ellos de antemano.


* Los "aprobados" aun deben superar un curso de "capacitación", que culmina, sin grandes ceremonias, su ingreso definitivo en la "Gran Orden".