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NOTA: Esta entrada fue escrita antes que la anterior, días antes... Tenedlo en cuenta.
Varias cuestiones me animan, de nuevo, a suspender la "emisión en stand by" (parcial) de las últimas semanas. En realidad, esto es un "log": un diario de bitácora... Mas me pregunto, igual que algunos de ustedes se preguntarán: ¿qué se puede añadir a una peripecia tan prosaica; a un alegato tan patético; a una tentativa tan estéril?... Lo cierto es que la vida sigue. Hace poco le escribía a un amigo, uno de esos pocos que se encuentran a la deriva en un "barco" parecido al mío:
"...Por alguna razón, siento que a lo físico responde lo "espiritual" con singular precisión. No sé si se tratará de algún tipo de "represalia tardía", de hundimiento lento y postergado... No, no se puede decir que me encuentre muy optimista ni lleno de energía".
Sea como sea, me ajustaré, por el momento, al programa: éste exige ahora mencionar...
1º/ Que varios mensajes de seguidores de este blog quedaron bloqueados durante meses (y sin que yo reparase en ello: lo lamento) por un sistema "anti-spam" demasiado suspicaz. Ayer mismo esos comentarios quedaron restaurados. Así y todo, debo depurar algunas entradas: en breve.
2º/ Que he podido comprobar que algunos de mis escasos pero distinguidos visitantes, viven en lugares tan lejanos como Argentina, Uruguay, Perú, Chile o... ¡Polonia!. Este curioso fenómeno (aunque, sin duda, no inédito en un medio como éste) me ha llevado a preguntarme: ¿qué andarían buscando?; ¿qué pensarían (o sentirían) ante un panorama tan desconcertante?; ¿tendrían tiempo, siquiera, de leer algo; de sentir interes hacia alguna remota región de esta helada tundra?... Puede que en esos países hermanos las cosas de la función pública estén parecidas... No lo sé. En todo caso, los de "acá" apenas entablan vínculos; y es eso lo que más me importa y afecta: la constatación de una cómoda y generalizada (tal vez, más bien, aparente) indiferencia...
Se me ha llegado a decir que soy demasiado "categórico"; "abrumador" incluso. Otros, menos compasivos, dirán cosas no tan amables sobre mí: ya sea por A o por B, parece asumirse que o "me quejo de vicio" o "exagero y dramatizo", como regodeándome en la desgracia... Pero no os voy a aburrir otra vez con las mismas milongas (Vaya por vosotros, los del Cono Sur). Este "yo acuso", de momento, se detiene aquí.
3º/ Que tengo pendiente la narración detallada de una muy significativa, elocuente e insólita partida de parchís... Sí, de parchís, leéis bien. Ocurrió el pasado día de Navidad. A ver si esta interesante "pieza", un aunténtico tour de force en potencia, me sale bien. Lo verdaderamente increíble del caso es que ocurriera... ¡en la vida real, que no sea tan solo una anécdota de ficción! Y es que todo esto me inclina a pensar que, si yo creyese en brujas o en extrañas fuerzas misteriosas, entonces puede que la vida me resultase más fácil de entender... y de asumir. Tiene gracia, ¿no es cierto?. Pero es algo que está ahí: la insistencia de tanta gente que desea ayudarme, e invoca, constantemente, a los "flujos de energías positivas", que yo parezco alejar de mí con tan enconada y rebelde eficacia.
4º/ Ya en serio... Hasta hoy, Dios -ese Dios agnóstico mío- ha parecido darme salud y energía para poder observar (a una cierta distancia) mi mala fortuna: y reaccionar ante ella, siquiera con un cinismo resignado; a menudo con rebeldía (aludida arriba, tantas veces confundida con la "arrogancia"). De repente, siento como si todo esto terminase: ya no me queda tiempo para seguir perdiéndolo "impunemente" (Creo que todo esto se entiende mejor cuando se lee la anterior entrada; en realidad, posterior, ya sabéis).
Tengo la sensación de que mucho se me queda en el tintero: debería ponerme a escribir cada vez que alguna idea me asalta la cabeza (que ya es incapaz de recordar casi nada; no por sí misma, no sin ayuda). Un abrazo...
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