Profesional, educador, padre, ciudadano con un punto de vista "político" claro; persona, ante todo y en suma... Todo lo pongo en evidencia, aunque sin vocación de mártir: tan solo me niego a ocultarme, a cargar con toda la responsabilidad de lo que me pasa... ¡de lo que NOS pasa! Porque en esta sociedad tenemos más de un "armario" que airear. Un saludo a todo el que se atreva.
No quisiera terminar esta introducción y bienvenida sin mencionar que las fotos -la mayoría de ellas- y demás material gráfico que se ve en este blog es obra del que se dirige a Vds. Espero que les guste.
Hi! This is Carlos A. Torres Velasco. I am a Spaniard teacher of Art in a Secondary School of Santander (Cantabria... No, not a bank!), and so I have been since 2001. The problem about addressing Anglo-Saxon people (or rather: almost any other people from wherever in the whole world) is that... you won´t understand a single word of all this! And I am sure the point of such a case will be difficult for you all to grasp: something about striving for a decent and professional way of living; something that has to do with wasting almost your entire professional life in a sort of "limbo"; with dignity and apparently aimless purposes too...
I spent quite a long period in Northern Ireland, and that is why I know the sort of "logic" that pushes forward your societies and the individuals within. Where this sort of "logic" is concerned, Spanish society is a far removed (very "stiff") kind of structure. Actually, this could be said about any aspect you might single out: politics, economy, industry, universities, investigation, trade... And such a "huge mistake", as it were, pervades ALL in this country; obviously, education, as a whole, is affected too. Our personal lives as well: very deeply.
If you don´t have the "guts" to dive so profoundly, then just "enjoy" my few photographs here and there. I hope you will not be discouraged... Thanks a lot!
miércoles, 2 de marzo de 2011
Prietas las filas
E-mail: balzuel@gmail.com
Me dicen los que me conocen, los que han creído y todavía creen en mí:
- !No te lo mereces!. Hubiésemos puesto la mano sobre el fuego por ti; y, sin embargo, ¡los "aceptados" fuimos nosotros!... Sólo nosotros...
Unos cuantos lo sienten, sinceros, y lo afirman convencidos: aun en su refugio sereno de certidumbre; aun en su digno, fértil y razonable destino... Supongo que gano en las "distancias cortas" (y en los tiempos prolongados, sin trampa).
Lo cierto es que casi ninguno de ellos tendrá la oportunidad (ni la responsabilidad concreta) de concederme el supremo "marchamo": la corona, el golpe de espada en el hombro, el "certificado" de óptimo docente... Lo sé: ¡a los cínicos les ponemos la réplica en los labios!... Lo que me aterra es que yo, como ellos, en estos asuntos tienda a sentirme un cínico atroz, incrédulo y escéptico... Yo dudo y vacilo. No por sistema: simplemente, por conocimiento de la naturaleza humana (a no ser que esto implique la existencia de un "sistema": la duda sistemática en torno a la naturaleza humana).
Por supuesto, las opciones básicas son sólo dos:
1ª/ Seré, de nuevo, frenado, rechazado, ignorado, despreciado, incinerado, vituperado, defenestrado, aniquilado, aturdido, desprestigiado, denigrado, triturado...
2ª/ Obtendré la Suprema Aquiescencia: el Noble Sello de la Gran Orden...
(Existen, entre medias, otras posibilidades: una nota aceptable -pero insuficiente- sería la más "clásica" de todas)
Entre mis apreciados amigos y conocidos más honestos se ha corrido el bulo de que esta gente me debe algo... Y lo que es peor: ellos tienden a creer que, ¡realmente, me lo van a tener que pagar!... Bromas aparte: yo no soy el más adecuado para opinar sobre el particular, pero... ¿no llevo meses, acaso, tratando de apuntalar esa amable y generosa teoría?... Es decir: la de que, tal vez, se me deba algo; siquiera un respeto, un reconocimiento justo y cabal... No lo voy a negar... Sin embargo...
Esto es lo que creo; lo más probable (poniendo en juego todo el cinismo y todo el escepticismo del que soy capaz): La mayoría hará piña en torno a la ortodoxia corporativa, prietas las filas. Al fin y al cabo, por mucho que se reconozcan mi idoneidad o mi mérito, soy, ante todo, un disidente inconformista y un agitador (y, encima, un bocazas). ¿Deseo equivocarme?: ¡¡POR SUPUESTO!!... Soy un escéptico antropológico, pero no idiota.
Un último detalle: mientras escribía esto escuchaba los cuartetos Opus 127 (nº 12) y el Opus 131 (nº 14) de Beethoven. Apenas conozco música que se asome al abismo en el que estas obras se hunden sin freno, sin restricción ni límite. Esta BELLEZA y la profunda RIQUEZA con que me inundan, queridos, no me las van a arrebatar, de ninguna forma, los que ni siquiera saben de qué diablos estoy hablando. ¡Dulce, sublime venganza!...
(Interpretado por el Cuarteto Lindsay)
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