Aclaro, pues: Carlos A. Torres Velasco ha estado trabajando para la Administración Pública de Cantabria desde 2002; ininterrumpidamente. Poco antes, desde 2001, ya impartía clases de 3º de E.S.O. en un colegio concertado.
Es previsible que Carlos A. Torres Velasco continúe trabajando para la misma Administración, ejerciendo parecidos cometidos, en los próximos años (es muy improbable que, por parte del susodicho, se produzca ningún tipo de renuncia al respecto).
Si repito esta obviedad (así la llamo yo: creo que justificadamente), es porque parece necesario subrayar el hecho de que ESO NO ES de lo que trata este BLOG.
Si a algunos les ayuda a sentirse mejor considerar que lo FUNDAMENTAL de toda esta LAMENTABLE HISTORIA es que yo trabaje (a mí me ayuda antes que a nadie, sin duda), pueden, si quieren, seguir recordándomelo cada día. Pero estoy en la obligación de recalcar que yo me limito a REIVINDICAR, básicamente, mis POCO O NADA RECONOCIDOS MÉRITOS; y sin insistir, apenas, en los deméritos ajenos (que es un asunto, por cierto, que podría dar muuuuucho de sí... pero me callo).
Aun más: si lo que se requieren son personas enteras, de una pieza, yo lo soy; en suficiente medida (¡no hablo de "perfección"!, ¡por favor, no se ofenda la inteligencia de nadie!). Si se pretende fomentar la independencia, el "librepensamiento", el tesón y el amor propio, puede que yo no sea el menos adecuado, pues llevo toda mi vida luchando por salir de algunos "arroyos" (aun lo hago). Si se intenta poner a nuestros jóvenes en manos de personas maduras y con una visión rica, no dogmática, del mundo y de las personas, entonces es probable que a mí no se me dé tan mal asumir esa responsabilidad... Si este SISTEMA es incapaz de reconocer esas virtudes en mí, o en otros (las cuales yo REIVINDICO, sin falsa modestia y con la seguridad que le dan a uno casi cuarenta y seis años vividos; y las muchas "hostias" recibidas, con perdón). Si está tan ciego el SISTEMA, o es tan arrogante para ignorarlo, entonces es perfectamente comprensible que se esté debilitando tanto, próximo ya a la descomposición (mientras se entretiene en disquisiciones bizantinas sobre la responsabilidad del "desastre"; apuntando, por cierto, casi siempre, en la misma dirección).
Supongo que la incomodidad y resquemores suscitados al exponer éstas u otras cuestiones es lo que, en realidad, me convierte en tan "inadecuado"; y no mi "presunta incapacidad", que ningún hijo de mujer ha sido aun capaz de demostrar... (¡Ah, mi Reino por un Macduff! *). En efecto: tengo trabajo... Si no fuera agnóstico, propondría una oración por todos los que no lo tienen y lo necesitan; y se lo merecen... (Los necesitamos, pero no nos los merecemos).
* Ya sabéis: Macbeth, Shakespeare... ¿Polanski?...
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