ANIVERSARIO (Una pequeña rutina para algunos, una gran ruina para un solo individuo)

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010.  
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"Cherchez l´homme!"...


Os hago un regalo en este día de mi "aniversario", ése que -como el del matrimonio, a muchos- marcará, probablemente, el resto de mi vida... Podréis ver en el vídeo las calles de mi ciudad y las manos de uno de mis alumnos de Bachillerato: uno de ésos a los que este incompetente nato y recalcitrante tratase (supongo que en vano) transmitirle algún tipo de conocimiento a lo largo de este curso, recién finalizado. 

    Y es curioso ver a la gente mirar hacia arriba y mesarse las barbas (escrutando los balcones), como preguntándose, en la madurez de la vida, sobre la naturaleza y misterios del Gran Arte o del propio Destino... en torno a los caprichos de ambos: reflexionando (a pocos metros de los acampados del 15-M) acerca del poder que unos ejercen sobre otros, y del sentido íntimo y misterioso de las causas y los efectos; o sobre el mero batir de las alas de una mariposa... ¡de cómo sería capaz de desatar una galerna, acaso, en el otro extremo del mundo!... Todo esto es un misterio, sin duda: una extraña casualidad, un guiño, una BURLA...

    Adjunto, además, en homenaje a mi única hija (quien, a este paso, obtendrá una plaza de funcionaria de carrera antes que yo), sus calificaciones de este año; los certificados de sus éxitos... ¡No están mal, teniendo en cuenta quién es el inútil de su padre!... Espero que nada ni nadie estropee y arruine su prometedor futuro (yo ya sé lo que es pasar por eso: a su misma edad y muuuuucho más tarde; de muy diversas formas); que ningún ala de insecto, número, coincidencia, santo de mi devoción (o de mis aversiones), golpe de dado (o de estado), insensatez, decadencia, ley o delirio, destroce el potencial de una vida entera... Amén (Lo mismo os deseo a la mayoría de vosotros).

Gracias, Victoria, por darle a todo esto sentido; por la fuerza que, sin saberlo, tú me transmites.