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El texto que adjunto, al final de esta sencilla introducción, se lo he enviado a un grupo escogido de personas (entre las que no se encuentra ningún miembr@ de Tribunal, ya que ellos no han comparecido nunca... ni se los espera, supongo).
Debo aclarar que mi renuncia -la que el texto alude- NO lo es a mi puesto como docente interino; lo que, en todo caso, sería un trámite de sencillísimo procedimiento: bastaría con ausentarme de uno sólo de esos hitos sublimes que colman la vida del "funcionario en eteeeeeerna, indefiniiiiiiiiida expectativa"; ya sabéis... Y luego, pues... ¡ah, se siente!...
En fin: yo no le voy a dar ese gusto a nadie (que haberlos, los habrá). Y es que, puestos a elegir, y consideradas las... dos opciones que tengo, a mi edad, pues me quedo con la de poder pagar las facturas, educar a mi hija (que lo necesita y se lo merece), comer caliente al menos tres veces al día y tomarme una caña de vez en cuando con mis muy escogidos amigos, sin que se me caiga la cara de vergüenza... ¡Y es que esto de la vida en la opulencia es lo que tiene!: que uno se acostumbra, y luego pasa lo que pasa; que se pone uno a estudiar, a estudiar, ¡¡haaaaala!!, y dale que dale, estudia que te estudia... ¡QUÉ PAÍS!, ¡¡QUE ES QUE TÓ QUISQUI QUIÉ SER FUNCIONARIO, Y NO PUÉ SER!!... Pero, claro, para eso hay que tener lo que hay que tener, que consiste en una predisposición natural a la "currancia" y al espectáculo de masas (el "je ne sais quoi").
La primera cualidad la definiría como esa... (es difícil... y es que estoy buscando algo de lo que yo carezca, claramente... estooo... ¡no, no se me ocurre!)... ¡Me rindo!: no sé qué es la "currancia"... Y, ¡por descontado!, no olvidemos la HUMILDAD... que es lo contrario de la "arrogancia", por si todavía no os habíais enterado... Lo malo es que, con los años, tras seis o siete oposiciones, a ciertas edades, la "arrogancia" crece, como la tripita; tal como encoge la paciencia... en proporción inversa, por cierto, a la sapiencia... Y ésa, la sapiencia, tiene MUUUCHO que ver con la puñetera arrogancia, ¡hay qué ver!... A lo que íbamos:
Enhorabuena a los que lo lográsteis y -por adelantado- a los que lo logréis en el futuro. Lo único que he conseguido yo ha sido consumirme durante casi trece años, seís oposiciones a la asignatura de Dibujo y una a la de Inglés: perder mi autoestima y lastrar mi actividad docente REAL durante años (en vano); ésa que todos -tanto interinos como los "bendecidos por la gloria del santo descanso"- llevamos adelante con decencia, profesionalidad e interés... hasta donde algo tan "esquizofrénico" como es estudiar lo mismo una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... y trabajar, al mismo tiempo, lo hace humanamente posible.
Supongo que algunos de vosotros no sabréis nunca, nunca, ni remotamente, de lo que os hablo: disfrutad de la bendición que os ha colmado. Disfrutadla y honrad vuestra fortuna (para eso SÍ que se necesita humildad, ¿no creéis?). De un fracasado...
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