"Quienes afirman que el fallo es del "sistema" o quienes ven misteriosas maniobras detrás de cada revés político tienen poco que enseñarnos. Pero la disposición al desacuerdo, el rechazo o la disconformidad -por irritante que pueda ser cuando se lleva a extremos- constituye la savia de una sociedad abierta. Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo".
Cita de "Algo va mal", de Tony Judt (Ediciones Taurus).
Podéis leer un extracto de "Algo va mal" en el diario El País del domingo 26 de septiembre (2010).
Ayer introduje -¿o retomé?- el delicado tema del ambiente viciado (espero que no demasiado vicioso) en el que se fraguan los destinos de los hombres... Sí, la neutralidad de género también os incluye a las "aspirantas"; aunque menos, por suerte para vosotras...
Puedo casi escuchar los pensamientos de algunos (gracias, a propósito, por hacerlos tan audibles: vuestro clamor resulta atronador... Esto es sarcasmo, por si no lo pilláis).
- 1er Pensamiento: «¡Este chalado es un perdedor nato, un cenizo!... Cualquier asociación con él está llamada al fracaso. Con tanta "energía negativa" a su alrededor, ¡lo extraño sería que sus colegas lo considerasen bienvenido!... Su propia bilis lo condena»... ¿Son el individualismo y la invisibilidad la respuesta?... Yo pongo, en todo caso, un espejo frente a los que están MARCANDO, DELIMITANDO, JUZGANDO Y CONDICIONANDO VUESTRAS VIDAS. No matéis al mensajero... Pero dejad en evidencia, sí -si es posible-, al que os trata con arbitrariedad y desdén.
- 2º Pensamiento: «Resulta imprudente: ¡aludir a ésos que lo tendrán a su merced, con tan poco tacto, con ese poso inconfundible de rencor!... Él sólo se descarta». Repito lo de dejar al "juez" en evidencia... ¡Mirad a vuestro alrededor!: es posible que lo tengáis sentado a vuestro lado, con su enorme y "supremo" pulgar preparado. A veces pienso que, a pesar de la proximidad, las distancias son insalvables: dos "universos paralelos", con escalas de valores distintas y hasta naturalezas divergentes. Lo lamentable es que todo parezca decidirse en el vuelo de una moneda: un simple capricho del destino, revestido por coartadas que algunos llamarán "criterios de evaluación" (?).
- 3er Pensamiento: «La próxima será “la mía”, y no puedo poner todo en riesgo por un quijote pirado (un posible competidor directo, ¡encima!)»... ¡Respuesta equivocada!: ¿Tan seguro/a estás de que será “la tuya”?... Antes de que te des cuenta, podrías estar en la misma situación que yo, querido/a colega/o.
- 4º Pensamiento: «¡Estoy tan cerca!... Además: con la nota que he sacado, ¡y no me ha servido para nada!...». ¡Respuesta incorrecta!: A tu edad, tal vez deberías pensar en los que ya pasaron por ese mismo lugar, hace tiempo, y aun están en un “veremos”. ¿Crees que se lo merecen?... ¡Cuidado, pues en el futuro tú podrías ser uno de ellos!... Haz algo antes de que te llegue a ti el turno (estos "jóvenes airados" tienden a olvidar un pequeño detalle: estar entre los diez primeros de una lista no es algo que se "improvise", sino el resultado de un laaaargo proceso que se inició hace muuuuucho tiempo; también, con una o varias notas excelentes).
- 5º Pensamiento: «¡Pretende que nos marquen, que nos crucifiquen a todos!: ¡Es un insensato!. Permaneceré en un discreto anonimato: en la sombra estaré a salvo»... Yo diría que, precisamente, lo que pretende la unión de todos (y casi siempre logra) es que se nos respete, considere y tenga más en cuenta. Por separado, sin duda, estamos más expuestos a las arbitrariedades y las injusticias. ¡A no ser que pienses, algún día, beneficiarte de ellas!...
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