Hoy tengo un día especialmente turbio, como una nube plomiza. Pero no es esto algo que me paralice del todo, ya que, desde hace años, la vida me ha ido marcando -con momentos decisivos- esos puntos en los que mi mera supervivencia ha sido posible. La evolución general ha sido favorable, y hace tiempo que las encrucijadas del Destino parecen dirigirme en la dirección correcta.
Es como si en este "combate" demoledor una campana sonase siempre en el momento oportuno; aunque algo demorada, demasiado a menudo. Quiero decir con esto que lo "oportuno" no es sinónimo de "óptimo": simplemente, justo lo necesario para poder mantener la dignidad y crecer apenas lo suficiente. Entenderéis, quizá, que los "regalos" recibidos han sido escasos; mi lucha, constante.
He tenido a lo largo de estos últimos meses -antes del enésimo "naufragio"- la sensación (casi la certeza) de que esta oposición debía ser para mí uno de esos "puntos vitales críticos". En cierto modo, confiaba plenamente en salir airoso, ya que, de lo contrario, sólo cabría esperar el desastre... ¿El desastre?... Soy un empleado interino; séptimo de una lista de las "medianas", en una Comunidad uni-provincial, y estoy acreditado como profesor bilingüe... Hay quien sostiene -la mayoría lo hace- que mi continuidad está asegurada... Sin embargo, yo aun sigo intuyendo el desastre. No me preguntéis cuándo vendrá o en qué consistirá, pero la precariedad galopante de todo lo que nos rodea nos amenaza a nosotros los primeros. Me refiero ahora tan sólo a los que, de hecho, trabajamos y ya llevamos años en ello. Sé que, lamentablemente, los hay en peor posición, por descontado... No obstante: nuestra pasividad y conformismo acaso nos conduzcan a ese desastre que olisqueo. ¡No podemos ser cómplices de nuestra propia ejecución!.
Pensad, simplemente, en una "reapertura" de las listas: ¿os veis con fuerzas para luchar, por octava, décima o decimotercera vez, a vida o muerte? ¡Y en clara inferioridad de condiciones!... ¿Alguien lo descarta?... Si esto llega -nada descabellado-, mi premonición se habrá cumplido.
Otro tono, otro asunto: sigo recibiendo del entorno sensaciones que profundizan en la vejación sufrida. Me refiero a esas anécdotas, hechos y "feed-backs" que, desde el ámbito profesional, subrayan, constatan y demuestran el agravio brutal y arbitrario del que muchos de nosotros somos reiteradas víctimas... ¿No os habéis visto, recientemente, en la posición de impartir "clases de informática elemental" a flamantes neo-funcionarios de carrera, en cuya exposición -de "8" o de "9"- fueran muy valorados y tenidos en cuenta, por el Tribunal correspondiente, sus enfoques "TIC"?... Es sólo un ejemplo... Ojalá pudiéramos preguntarles a todos ellos, mirándolos a la cara: "¿Te crees tú, honesta, profundamente, más merecedor que yo de tu gran logro?"... Me gustaría ver su cara; ¡la cara de tantos!... Y sus ojos mirando a los míos; clavados en los míos... (Claro que ellos, de momento, no son ni "cómplices" de todo esto... ¿De momento?... Recordad lo que decía el día 27 pasado).
Un día de estos me verán otro tipo de ojos; otro tipo de mirada, verdaderamente CULPABLE. Me enfrentaré al jefe de mi "pelotón de fusilamiento". Os mantendré al tanto... Y cuando proceda, desvelaré mi identidad (Y puede que la suya. Al fin y al cabo, son datos públicos y no se debe descartar que hasta se sientan orgullosos de sus proezas).