NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010.
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Agradezco tu respuesta; hasta el momento, (casi) la única. Dicen de los silencios que "otorgan". ¿Me lo merezco?... Yo no me considero perfecto, y ni siquiera creo ser uno de los "mejores" en ningún terreno; pero SÉ que estoy dotado con algo que me sobra: esa puñetera fuerza, ese amor propio y coraje, que NO ME PERMITEN SENTIRME CONFORME con tan solo lo "necesario", lo "imprescindible", lo "habitual", lo "corriente", lo "suficiente"... Lo negativo de este afán es que puede resultar paralizante, en la mayoría de las circunstancias (y la "mayoría de las circunstancias", en nuestro entorno, P., prosperan por doquier). Quiero decir: ¿¡para qué tomarse la molestia de hacer nada, de emprender nada, si sabes que el resultado sólo puede ser una porquería mediocre o, simplemente, algo muy alejado de lo "sublime"!?... Con los años, uno se adapta a lo "corriente"... y a la corriente: al "mainstream", ¿no es así?... Se llega a compromisos, se "transige", se "conforma" uno... A mí se me ha debido notar mucho, toda la vida, que lo hacía a regañadientes: ya sabes cómo se te paga esto... NO TE LO PERDONAN, te lo aseguro...
¿Debemos convertirnos en unos maestros del fingimiento, pues?: creo que ESO, precisamente, es lo que ha estado horadando, muy profundamente, algo que no resultaba muy aparente... A nadie parecía interesar verlo, destacarlo (reconozco que muchos lo han estado disfrutando a tope), pero estábamos socavando nuestros propios cimientos. ¿Lo entiendes?... Es un ejemplo de que la "transigencia" no es -necesariamente ni siempre- algo bueno; acaso un síntoma de cobardía o de indolencia: una especie de carcoma moral.
El caso es que, cuando todo alrededor es una inmensa estafa y una "Feria de Vanidades"; o si todo se basa en un modo de vida (y en una filosofía de vida) conformista, tramposa, de apariencias y de "satisfacciones inmediatas", LO ÚNICO QUE NOS DEBE QUEDAR ES NUESTRA INTEGRIDAD, NUESTRA PROPIA AUTOESTIMA, P.: SABER que has hecho lo justo, lo adecuado, lo coherente, lo cabal, lo correcto; siempre que has podido y se te ha exigido; y que te has esforzado.
Reitero mi ABSOLUTA IMPERFECCIÓN: mis culpas, mis carencias y mis propias incoherencias. Pero a nadie le consentiría poner en entredicho mi lucha, mi esfuerzo y mis propios méritos... Para contrarrestar esos ataques son necesarias serias y sólidas "coartadas", ¿lo entiendes?: un trabajo MUY CONCIENZUDO y muy constante... Pero veo por todas partes a "triunfadores" de pacotilla; a mediocres "establecidos", simplemente listos o con mucha suerte (o ambas cosas); a personas que son parientes o amigos o simpatizantes de las personas adecuadas... los veo a todos ellos, como te digo, marcando el paso, definiendo el "estándar", y poniéndome a mí a la altura de lo más bajo de ese "parámetro"... Por un tiempo te lo crees, P.: por un tiempo te consideras una piltrafa, pura y genuina escoria... ¡No lo consientas! ¡NUNCA!...
Es de cajón: si ellos hubieran sido tan "estupendos", otro gallo nos cantaría, ¿no es cierto?. Pero ya ves... Lamento que el tiempo, tozudo, me esté dando algunas razones (deseo no ser infalible, ¡por Dios!); pero nadie me va a dar un "premio", ¿sabes?... Y aunque ellos se vayan a salvar, no habrán podido arrebatármelo todo: no lo más importante. Es eso por lo que debes luchar, por encima de todo, el resto de tu vida... Empieza ahora.
Un abrazo, P.
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