Sí, S., en efecto: esto me recuerda a lo de un tipo extremeño (me lo han contado, que yo estas cosas no las sigo) al que le han tocado treinta y tantos millones de €. Aparte de lo inmoral que me parece que algo así sea posible, que se consienta tal barbaridad, con la miseria que hay y que se extiende como una plaga, todo ello me hace pensar en la arbitrariedad de tantas cosas. Lo cierto es que la Civilización se concibió entre los hombres con una idea y, por consiguiente, una aspiración básicas: la erradicación del caos y de la ARBITRARIEDAD; en esencia, la justa repartición de los recursos y de las oportunidades. También subyace la esencia de otra idea muy importante: la interacción de los miembros de las sociedades en beneficio de la mayoría, del bien y la prosperidad comunes; la colaboración y fortalecimiento, en suma -mutuos y recíprocos-, de los y las que formamos esto. En realidad no es tan difícil: basta con tenerlo claro. Y en muchos sitios lo tienen claro y FUNCIONA. España, por supuesto, tiende a ser una triste excepción. Lo que intuyo que te pasa a ti es un buen ejemplo... Esos que han sido tocados por la más generosa de las manos del Destino, tienden a creer que lo que tienen se lo merecen más que otros: es natural. Pocos se paran a reflexionar sobre la "lotería" o el escaso control que tenemos en este país de los ******* sobre el "caos" y la "arbitrariedad"; apenas se molestan en reparar en la energía y el talento perdidos por la mayoría, de la que ellos (por suerte para sí) no forman parte.
Y siguiendo con el símil del juego: creo que un sistema que basa la promoción del mérito en la presunta "habilidad" o la "capacidad" de unos pocos para, digamos, jugar mejor sus manos (¡en dos o tres mañanas, como mucho!), tarde o temprano estará condenado a la mediocridad, al agotamiento, al enrarecimiento... Y eso es lo que vemos, intuimos, todos los BUENOS PROFESIONALES (interipetuos o "de carre"), cada día que nos dejamos la vida en las aulas; y no durante tres mañanas, sino a lo largo de años y más años...
En estos tiempos y coyunturas, por supuesto, todo ello se agudiza, se ENRARECE aun más. Es una lástima. Yo no espero que las mentes de nuestros dirigentes (por lo general bastante mediocres; sin una visión global de las cosas, del Estado, del Deber, de la Razón... de apenas nada) se pongan a trabajar en la resolución, total o parcial, de nada de lo que aquí he descrito; sus esquemas básicos son simplistas, cortos de vista, casi siempre patéticos. Por eso pienso que, si me "salvo" yo, será, una vez más (no sé si a partes iguales o cómo), a resultas de la arbitrariedad de la "suerte" o de mi propio empeño y esfuerzo...
No esperes NADA DE NADIE; no aguardes que se te estimule o incentive; que se te agradezca, se te reconozca, premie ni promocione; NO en absoluto. Tampoco esperes demasiado de la mayoría de los que ya forman parte de lo que yo, tan a menudo, denomino la "Casta". Por lo general, sólo contamos con nosotros mismos; y si eres un "puto y mediocre interino", además cuentas con la presión de la precariedad, la de nuestros propios colegas y COMPETIDORES, y la de una sociedad que nos ignora y/o desprecia...
Si algún día no nos dejan más salida que la IRA, creo que la obtendrán: en un día así, al fin y al cabo, ya no tendremos NADA que perder; ¿no es cierto, S.?...
Un abrazo. No dejes que nada ni nadie te descorazone...
1 comentario:
Gracias por tus palabras Carlos.
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