Sin ESPERANZA pero con CONVENCIMIENTO

NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010. 
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(A J. G. B., gracias)
 
Resignado, pero no derrotado. Sin esperanza, pero con convencimiento... Aludo a Ángel González (a quien no he leído, lo reconozco, pero de cuyo "espíritu" intuyo insondables afinidades con el mío) pues esas solas palabras describen una solidez estoica que siento definitiva; tal vez forzada, pero coherente con mi historia y con mi vida. Puede que no la haya alcanzado del todo (hasta en la práctica de mi propia esencia tiendo a la imperfección y a la incoherencia), pero no hay otro camino ya: no para mí.
    Y es que prefiero vivir sin esperanza que hacerlo engañado. ¡Agradezco tanto, no obstante, a los que se empeñan en empujarme!... Pero, al final, lo que se me arroja a la cara, ¿no es sino rechazo y desprecio?: todo muy "profesional", eso sí... No hago este reproche, claro está, a los que me aprecian de forma genuina; pero hasta a ellos les plantearía: si estuvierais en posición de "reconocer" y de "avalar" eso que vosotros aseguráis conocer tan bien (mi valía y mérito); si, frente a vosotros, en un "mal día", con las "peores cartas posibles" (que son las que me suelen tocar), soy incapaz de articular todo mi potencial; algún día aciago, uno de esos tan frecuentes... ¿sería vuestra opción la más "humana" o la más "profesional"?... ¡Difícil pregunta!, pero que plantea la clave de todo este asunto... ¿En cuál de las dos opciones radica la "justicia"?... Peliagudo, denso, delicado y con enjundia, ¿no es cierto, mis queridos y sinceros amigos, funcionarios de carrera todos?... Simplemente os recuerdo el PODER que está en vuestras manos ejercer: vuestra responsabilidad enorme...
    Aclaro ahora, antes de que alguien se precipite a sacar conclusiones, que SIGO PENSANDO (Ya sabéis: con CONVENCIMIENTO) QUE MI CALIFICACIÓN EN ESTA ÚLTIMA OPOSICIÓN ES UN INSULTO, UNA AFRENTA, UNA AUTÉNTICA E INJUSTA BARBARIDAD. Y aclarado esto, prosigo...
    Carezco, a estas alturas, de la ilusión, de la fuerza, del "ansia", de la capacidad, de la paciencia y (sobre todo) del TIEMPO necesarios para dedicar ni un sólo día más de mi vida a una lucha en la que apenas puedo -debo- creer; YA NO... Imagino que esta solemne declaración es algo así como una buena noticia para unos cuantos (y cuantas): ¿un competidor menos?... La verdad, queridos colegas y compañeros de penurias y fatigas: yo, en este juego delirante, no descartaría nada; no lo hagáis vosotros tampoco.