DESPEDIDA Y CIERRE (Hasta que algo importante, significativo, decisivo ocurra).
Últimamente empiezo a ver algunas cosas más claras: he sido rechazado... ¡Alto y claro!; en repetidas ocasiones. Y siempre en idénticas circunstancias: en la palestra, dando la cara... No gusto, no soy aceptado, no "encajo" en ciertos esquemas... Las razones de este extraño fenómeno (lógicas o no) son irrelevantes: es como pretender explicar los motivos del azar; o los de la llegada de la muerte... Escribía recientemente, a propósito de esto:
Mi lucha está ya en otra fase, en otro punto, encaramada a lomos de otra prioridad: se me imponen el tiempo (tempus fugit), los pulgares apuntando hacia abajo... las vidas de los otros: otros destinos, que ocupan vías que yo un día creí serían las mías... Mi ruta parece trazada. Y es en ésa en la que estoy "condenado" a ganarme el respeto de los demás y mi propia auto-estima. De lo contrario, no me esperarían más que nuevos, más graves e irreversibles fracasos (pues, en estas carreteras secundarias de la vida, los errores no se perdonan: un solo despiste, y un árbol de la cuneta se cruza tenaz en nuestro camino).
He escrito una lista de "mis próximas misiones en la vida", o sobre las verdaderas prioridades que deben ocuparme y llenar mi tiempo a partir de ahora: las editaré en breve. Así, si uno de vosotros me ve dentro de algún tiempo, me podrá recordar su cumplimiento o reprochar el desistimiento (ninguna es la de aprobar estas oposiciones, por cierto).
No me despediré sin antes hacer algo muy importante: enviar desde aquí un saludo a mis colegas Julio César, Eva, Arancha y Pablo; y también a D. Francisco: por si algún día se dejan caer por este valle de lágrimas y tienen la valentía, la humildad y (por qué no) la compasión de aportar un poco de sentido a todo esto. Y, llegados a este punto, les solicito (casi les imploro), por lo tanto: ¿Qué es eso TAN ABOMINABLE e IMPERFECTO que se aprecia en mí desde vuestro confortable puesto al otro lado del espejo?... ¿Alguno me lo podría explicar?... Os lo ruego: con humildad, pero con la firmeza de quien se sabe víctima de una desproporción, de un desatino * (To say the least).
CARLOS TORRES VELASCO, Profesor Interino (¿vitalicio?) de Dibujo y Educación Plástica en la red pública de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
* Me comprometo, solemnemente, a no publicar ni comentar nada de lo que podáis decirme; por muy doloroso o devastador que sea. De hecho, prefiero una ofensa demoledora al "silencio de los dioses".