NOTA: Se debe tener en cuenta que ésta es la última entrada. Por lo tanto, si se desea conocer la verdadera secuencia de este BLOG, habrá que acudir, primero, a las entradas más antiguas -la primera es del día 1 de septiembre de 2010.
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En Valderredible, Cantabria (Spain) |
Recientemente os he sorprendido (a los pocos que me leéis y aun conserváis la capacidad de sorpresa intacta) con soflamas crípticas y otros delirios. Reconoceréis, no obstante, que también he elaborado y publicado consideraciones y propuestas que en una sociedad civil abierta y sensata se tendrían, al menos, en cuenta. Pero me recuerda ésta -la sociedad- a una vasta traída de aguas: larga, vieja, marcada por recovecos inútiles (como hitos absurdos), agrietada y con largos tramos a punto de reventar... Se sabe que no tiene mucho futuro, que desperdicia una gran cantidad de su riqueza y fuerza, pero se conserva y se parchéa, sin que nadie se decida a sustituirla por completo; a reconducirla con más lógica y eficiencia. Mientras tanto, las aguas limpias y las fecales se llegan a mezclar en no pocos lodazales...
Hoy os contaré un cuento. Así pues: Érase una vez...
R. es profesora universitaria. R. aprobó sus primeras oposiciones a la primera; tenía 23 años. R. es mi tutora en un curso "virtual" al que actualmente estoy "asistiendo". R., aparte de los pocos mensajes escritos que le envío, no me conoce de nada. R. (sin duda una persona afortunada y, por lo que sé, atenta, sensible y educada) me escribe lo siguiente:
(...) es lo que hay que pensar: que puedes hacerlo. Todo el mundo lo pasa antes o después, y desde luego el nivel es cada vez más bajo porque los niveles culturales están por los suelos. Y yo veo que tú te expresas bien y, sin conocerte (pero piensa que leo muchos mensajes diarios y me hago una idea), me pareces una persona "con cabeza". Pues mira a ver en qué has fallado en los exámenes anteriores y dales lo que quieran (N. del T.: ¿Lo que quieran?... ¿De qué se trata?... Estoy en ello), dentro del nivel que sea y con el estilo que más convenga (N. del T.: ¿Nivel, estilo?... Estoy en ello).
Después, yo he aprobado otras oposiciones a profesora titular de universidad (...), fui segura, sin ningún tipo de arrogancia (N. del T.: Ya os lo dije: palabra "clave"), pero segura de lo que decía y de la defensa que tenía que hacer. Escogí en la parte del temario el tema más desconocido para ellos y lo planteé de la más forma más innovadora posible, sabiendo que ellos no tenían ni idea (N. del T.: Estimada R.: eso aquí es, más bien, penalizable). Dejé después que hablaran en la parte de réplicas (N. del T.: Estimada R.: ellos saben tanto y les importa tan poco lo que tengas que decir que no te hacen ninguna pregunta) y contesté con la misma cortesía, pero intentando demostrar mi conocimiento del tema... (N. del T.: ¡Y AHORA LLEGA LO MÁS INTERESANTE!...) Te lo digo porque estoy convencida de que ni siquiera los profesores saben hablar en público, y que por eso mucha gente tiende a hacer muy malos exámenes orales. Y TAMBIÉN TE DIGO que los que te van a juzgar, tus compañeros de área, no saben más que tú. Probablemente saben mucho menos, porque es lo que pasa ahora: que los niveles docentes son como los de los alumnos, cada vez más bajos. Y hay poca gente como tú que se preocupa de hacer cursos, de reflexionar sobre otros temas, y sinceramente, te lo digo con conocimiento de causa, poca gente (pocos profesores) que escriban sin faltas de ortografía y con expresión fluida".
Interesante, ¿no es cierto?... Y el "traductor" le contestó a R.:
Soy licenciado en Bellas Artes; profesor de Plástica y Dibujo Técnico. Mis compañeros me han puesto un 1´8 (sobre 10) en mi última oposición... No hay bastantes puntos suspensivos, lo sé... Eso sí: mi nota media en los escritos es de más de 7. Y eso con unas calificaciones recientes en dichos exámenes MUY poco razonables, la verdad.
¿Sabes, R.?: a veces soy capaz de distanciarme considerablemente de LO QUE A MÍ me pasa; y es una habilidad que, al cabo de los años, he debido ir adquiriendo (no es tan raro, en mis circunstancias). Y cuando lo consigo, te aseguro que no entiendo nada de lo que le está pasando a este tipo llamado Carlos Torres Velasco. Quiero decir: conocimientos, preparación exhaustiva, cultura bastante "vasta" (para lo que actualmente se "estila"), una presencia nada "extravagante", dicción clara y discurso coherente... Una experiencia de casi diez cursos, excelente trato (por lo general) con sus alumnos, respeto y reconocimiento por parte de buena parte de sus colegas... ¡Ninguna pieza me encaja!: pero no lo hace porque nada tiene mucha lógica... Si la hubiese, tal vez yo sería capaz de "mejorar"; de "tomar medidas"; de "pedir consejo"... ¿No es cierto?... No te entretengo más. Lo cierto es que, de vez en cuando, a uno le reconforta saber que a algunos de vosotros las cosas os van bien (es decir: normal).
Y eso es lo que el "traductor" le respondió a R. Puede que ambos estén equivocados, y que todos los demás (los encargados de juzgar al "traductor") acierten al discriminarlo y rechazarlo (sí, lo sé: pero no utilicéis "eufemismos"... Para mí un 1´8 es un RECHAZO bastante elocuente). Puede que sus extraños e ignotos criterios sean tan sabios y acertados que ni un pobre "aspirante a profesor de secundaria" o una docente universitaria alcancen nunca a entender lo que tan preclaras mentes atesoran y perciben...
Éste era el cuento triste que os quería contar... Y es triste, ya que, al final, me temo, nadie será feliz ni comerá perdices... A no ser... ¡A no ser que el "traductor" desvele lo que ellos quieren, su nivel y su estilo!... La manera de hacer encajar las piezas de este rompecabezas, en el que no basta con poner las piezas juntas y completar una imagen coherente... No, si la imagen no es del agrado de Sus Señorías; aunque sea correcta... Tal vez les pone enfrente un espejo en el que no les gusta mirarse... Es sólo una teoría.
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